La hija del Policía ﹝+18﹞

❤️La hija del Policía❤️

Suspiro y me quedo leyendo una y otra vez la palabra «Fin», pensando que me faltaron bastantes cosas por contar, pero al menos fue lo mejor de lo que esperaba. La obra está terminada.

Cierro el libro y paso las hojas por mis dedos hasta llegar a la primera página que estaba en blanco a propósito. Tomo un lindo bolígrafo con tinta dorada y empiezo a escribir.

«Querido Eddie:

He decidido escribirte este libro contando todas las anécdotas que vivimos juntos, desde que te conocí hasta aquel lindo día en el lago. Sé que algún día voy a envejecer y olvidaré todo esto así que decidí plasmar en cada una de estas páginas nuestra hermosa historia de amor para que jamás lo olvidemos.

Te amará eternamente: Tu Emma.»

Sonrío al terminar de escribir la última frase y cierro el libro.

Doy un gran suspiro mientras repaso en mi mente cada momento de la historia. Cada beso, cada abrazo, cada susto, cada emoción.

Me levanto del escritorio y me froto los ojos. Llevaba algunas horas escribiendo para poder terminar a tiempo.

Miro mi reloj y casi es media noche.

—Iré a buscar algo para comer —pienso.

Camino con los pies descalzos hasta el refrigerador y saco una pequeña manzana. Cuando me giro hacia la sala me encuentro con una silueta frente a mí.

—Pensé que ya estabas dormida, mi amor —dice Eddie.

—No. Estaba terminando algo —le sonrío— ¿Tú no estabas dormido?

—No. Me quedé viendo la televisión un rato —se acerca y me da un tierno beso antes de que yo muerda la manzana.

—¿Cenaste algo? —le pregunto.

—Calenté un poco de lasaña.

—De acuerdo — asiento.

Eddie me toma de la mano y camina conmigo hasta el sofá. Me ayuda a sentarme y subo los pies mientras él se hinca junto al sofá para quedar cerca de mí.

—¿Qué te dijo el doctor? —levanta mi blusa y besa mi abultado vientre.

—Me dijo que nacerá para los últimos días de enero.

—¡Qué emoción! ¿Ya sabes qué será? —me mira con sus enormes ojos hermosos llenos de emoción.

—Sí —hago una pausa dramática y el asiente, desesperado por la respuesta.

—¿Ajá? —apenas puede con las ansias.

—Será un niño —revelo emocionada.

—¡Síííí! —grita. Se levanta y empieza a correr alrededor de la mesa de centro mientras yo río felizmente por su reacción—. ¡Vamos a tener un mini Munson! —dice riendo a carcajadas. Se trata de calmar y me toma de las mejillas para besarme—. No puedo creer que estemos tan cerca de conocer a nuestro hijo, mi amor —se vuelve a hincar junto a mí.

—¿Y ya tienes una idea de cómo lo vamos a nombrar? Habíamos pensado sólo en nombres de niñas —bromeo.

—De hecho, sí había pensado en un nombre —sonríe.

—¿Cuál? —pongo mi mano en mi vientre y lo empiezo a acariciar.

—Me gustaría llamarlo Joe —me dice emocionado.

—Es un nombre lindo —respondo.

—¿Si te gusta?

—¡Claro! Es un nombre sencillo, pero lindo —sonrío.