Capítulo 40❤️

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La caravana de los Munson.

— ¿Por qué no vino Vickie? —le pregunté a Robin frente a mí en la cafetería de la escuela.

—Se sentía mal desde ayer, supongo que fue por eso. Saliendo de clases iré a verla —agarró un puñado de uvas de su plato y se las empezó a comer.

—¿Tienes con quién irte? —le di un sorbo al jugo.

—No, Steve me dijo que tenía una salida con los Wheeler y no podrá llevarme —suspiró.

—Creo que irán a comer a casa de la abuela de Nancy, mi hermana también irá con Mike —agarré una uva y la empecé a masticar.

Vi a Gareth y Jeff entrar a la cafetería y pasar junto a mi mesa.

Giré mi cabeza para buscar a Eddie y mi rostro quedó junto al de él antes de que me robara un beso.

—¡Me asustaste! —renegué.

—Sabes a jugo de naranja —sonrió— ¡Hola, Robin! —le sonrió.

—Hola, Eddie —respondió desanimada.

—¿Qué pasa? ¿Y Vickie? —preguntó, suponiendo que esa era la raíz de su actitud.

—No vino, creo que está enferma —comentó jugando con un tenedor en su comida.

—Vaya... Espero esté bien —se acercó a mí y puso sus manos en mis hombros antes de pararse detrás mío.

—¿Te parece si la llevamos a casa de Vickie después de la escuela? —miré hacia arriba, en busca de su rostro.

—Sí, claro. Por mí no hay problema —respondió Eddie.

—No. No se preocupen, yo veo cómo me voy —dijo apenada.

—¡Vamos, Robin! Parece que no nos tienes confianza —bromeó Eddie.

—No es eso... Solo que... —suspiró— De acuerdo, me iré con ustedes.

—Muy bien. Entonces las veo a la salida, chicas —me tomó de la barbilla para hacerme levantar el rostro y se inclinó para darme un beso— ¡Te amo, hermosa! —susurró antes de irse.

Robin me miró haciendo un mohín.

—¿Qué pasa? —reí.

—¡No quiero ser mal tercio! —renegó—. Por eso no me quería ir con ustedes.

—No te preocupes. No haces mal tercio. Eddie sabe perfectamente que eres mi mejor amiga. Además, la casa de Vickie nos queda en el camino, ni siquiera nos tenemos que desviar —sonreí.

—La casa de Vickie no queda de camino a tu casa, tú vives al final de la calle Maple.

—Pero no voy para mi casa —agaché la mirada y agarré una uva mientras sonreía—, voy a casa de Eddie...

—¡Peor tantito! —se llevó la mano a la frente—. De seguro van a hacer sus .... ¡Ay no! Y yo de mal tercio.

Yo solté una carcajada de sus caras.

—Pero lo haremos ya que te dejemos en casa de Vickie, no cuando estés en el auto —bromeé.

—¡No tienes vergüenza, Emma!

Una voz masculina empezó a llamarme por mi nombre y aunque no ubicaba de dónde provenía, sabía que era la de Jonathan. Lo busqué con la mirada y lo vi caminando hacia mí entre las mesas de la cafetería.

—¡Te he buscado todo el día!

—Pues ya me encontraste —sonreí.

—¡Hola, Robin! —la saludó y ella respondió de la misma manera—. Te tengo una propuesta —me miró emocionado.

La hija del Policía ﹝+18﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora