Capítulo 7❤️

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Nota de autora: A partir de aquí, los capítulos no han pasado por una corrección completa. Pueden encontrar varios horrores ortográficos, gramaticales o de redacción. Estaré trabajando en ello, pero los publico así únicamente para que la historia esté disponible. Gracias por su paciencia

***

La disculpa.

Cuando abrí los ojos estaba recostada en mi cama, frunciendo la cara por la luz del sol entrando por la ventana.

No sabía qué hora era, pero estaba segura de que era tarde. Aunque eso no me importó mucho cuando me senté de golpe al sentir unas tremendas arcadas en las que sólo me pude cubrir la boca para correr a vomitar al baño.

—¡Ay, Dios! —suspiré, jalando la cadena del baño. Salí de ahí arrastrando los pies y agarrándome la cabeza, me dolía horrible.

—¡Qué bueno que te despiertas, jovencita! —dijo mi papá desde la cocina. Yo lo miré asombrada—. Me tengo que ir al trabajo —explicó pegándole un último sorbo a su café—. Tienes prohibido salir el día de hoy, pero cuando llegue vamos a hablar muy seriamente —me sentenció con su dedo índice.

—¿Vas a trabajar en domingo? —pregunté ignorando lo que me dijo.

—¡Báñate y come algo! —ordenó. Tomó su sombrero y salió bastante molesta de la casa.

Yo no comprendía qué pasaba.

Entré a mi cuarto y vi mis cosas tiradas por el suelo. Junto a mi almohada estaba un collar que yo le había visto a Eddie. Lo agarré con mis manos y lo miré de cerca, era la púa de su guitarra en una cadena plateada.

Lo puse en mi nariz y suspiré al oler su perfume, pero fue entonces cuando abrí los ojos con pánico. Hacer eso hizo me tener vagos recuerdos de la noche anterior.

—¡Ay, Mierda! ¿Qué hice? —me llevé la mano a la frente.

Miré todas mis cosas en el suelo tratando de buscar respuestas.

«¿Tuve sexo con Eddie?»

«¿Por qué mi papá está tan furioso?»

Eran preguntas que me giraban una y otra vez en la cabeza.

Hice un chasquido de dedos al tener una idea y corrí al cuarto de Jane entrando bruscamente sin tocar.

—¡Me asustaste! —renegó. Estaba dormida, pero la desperté con el portazo y corrí hasta ella para tomarla de los hombros.

—Jane, por lo que más quieras, dime que pasó anoche —la miré a los ojos.

—¿No lo recuerdas? —se frotó un ojo.

—¡No, Jane! —la sacudí— esto no es un juego ¡Dime que pasó! —exigí desesperada.

—¿Quieres saber lo que pasó? —me aventó las manos—. Llegaste muy borracha anoche, venías con un chico que traía su camisa llena de tu labial, traías mal puesta tu blusa y papá fue el que les abrió la puerta —contó con los dedos— ¿Quieres que siga? —preguntó con sorna.

—¡Santa mierda! —me tapé los ojos y me tiré boca abajo en la cama.

—Te espera la regañada del siglo —rio.

—¡No puede ser! —grité sin despegar la cara de la cama.

—Hubieras visto la cara de papá —soltó una carcajada—, y la cara del chico —continuó riéndose.

Levanté la cara de la cama y la miré.

—¡El chico, Jane! Dime que pasó con él —me acerqué a ella.

La hija del Policía ﹝+18﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora