La hija del Policía ﹝+18﹞

Capítulo 17❤️

La porrista más linda.

No había podido dormir bien por estar pensando en Robin, así que me fui muy temprano a la escuela para buscarla. Recorrí cada rincón y al ver que no estaba me puse a organizar un poco mi casillero.

No sabía bien qué me había puesto de ropa para ir a clases y traía unas ojeras tremendas.

No quería que nadie me viera así.

—¡Hola, amor! —susurró Eddie, detrás mío.

Con «nadie» me refería a él.

—Hola, amor —sonreí a medias.

—¿Has sabido algo de Robin? —se recargo en los casilleros.

—No, ayer no me llamó. Me vine temprano para buscarla y no ha llegado.

—Espero esté bien.

—Yo también lo espero —respondí.

Escuchamos la puerta principal abrirse pusimos nuestra vista hacia allá.

Robin y Vickie hicieron una entrada espectacular tomadas de la mano.

Robin vestía una camisa blanca a botones con un pantalón gris a cuadros con tirantes, traía sus gafas de sol y caminaba con mucha seguridad. Vickie traía un lindo vestido amarillo con estampado de flores y una peineta de colores adornando su largo cabello.

Eddie y yo nos miramos sin entender nada.

Robin me vio y corrió a abrazarme como si llevara diez años sin verme.

—¡¿Qué sucede?! —pregunté asombrada.

—¡Le dije a mi mamá! —puso los lentes en su cabeza— ¡Le dije todo! —exclamó brincando de emoción.

—¿Debo suponer que te fue bien?

—¡Sí! —gritó—. Ya lo sabía desde hace mucho y sospechaba que andaba saliendo con Vickie ¿Puedes creerlo? —me sacudió de los hombros.

Yo la miraba tratando de procesar todo eso.

—¿Quiere decir que ya no tienes que esconderte?

—¡Exacto! ¡Nunca me voy a volver a esconder! —gritó.

—¡Oh por Dios! ¡No puedo creerlo! —grité yo también. La abracé y después abracé a Vickie—. Chicas no saben lo feliz que estoy por ustedes —sonreí.

—¡Gracias, Emma! —respondió Vickie.

—Si ¡Gracias! —agregó Robin— ¡Gracias también a ti! Ayer no pude decirte nada —se dirigió a Eddie.

—No hay de qué —respondió él con una sonrisa.

—Bien... es un poco tarde y debemos irnos a clases, pero en el almuerzo hablamos de todo esto —comentó Robin.

—Si claro, las veo en el almuerzo —respondí antes de que se fueran—. ¿Viste? ¡Robin se maquillo el día de hoy! —le dije Eddie.

—Espera, aún estoy procesando esto —bromeó—. ¿Su mamá siempre lo supo y ella sufría por no decirle?

—Supongo que si —reí.

—Espero no nos pase lo mismo —bromeó.

—¡Ni lo digas! —le seguí la broma.

Caminamos a nuestro salón y entramos a la única clase que llevábamos juntos.

***

En la hora del almuerzo llegué muy temprano a la cafetería, no había desayunado y moría de hambre. Pedí doble porción y me senté a comer con desesperación.