INEVITABLE AMARTE

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CALLE

Subimos al segundo escalón, sin titubear en nuestros pasos. El sonido de las guitarras va escuchándose con más claridad conforme avanzamos. La miro, luce resplandeciente y una mirada de complicidad nos ocupa en todo momento, hasta que llegamos al último escalón y damos el primer paso para posicionarnos sobre la larga alfombra que han colocado para nosotras.

Los murmullos de la gente, que inundaban el ambiente segundos atrás, ahora son sólo ecos. Nadie se atreve a hablar, nadie se atreve a toser, todos dedican a mirarnos y a sonreír. Otros más, como Alejo y mi madre, se esfuerzan por contener las lágrimas, quizá por enésima vez en lo que va del día. Mi madre ha sido de las más emocionadas por este día y Alejo no se ha quedado atrás. Ambos comenzaron a tratarse más luego de que Poché y yo nos comprometimos y ellos tomaron la responsabilidad de organizar la boda. Fue lindo. Quizá Martha no estuvo para Poché, pero en su lugar,Alejo no hacía un mal papel.

Poché y yo nos miramos. Nos sonreímos y entonces entendemos que ambas estamos listas para comenzar a caminar. Vamos con calma a lo largo de la alfombra, saludando de vez en cuando, con un gesto cordial, a quienes se encuentran a un costado, admirando nuestro recorrido. Apenas puedo creer que voy caminando de su mano, y parece que se percibe en mi expresión, porque Abi eleva las cejas y abre los ojos, mueve la cabeza de la misma forma que cuando pierdo de vista lo evidente. Si, está pasando. Finalmente está pasando. Es mi boda con Maria Jose Garzón, estoy casándome con la mujer de mi vida.

Nos colocamos frente al altar, suspiramos y nos miramos a los ojos. El oficiante comienza a dar la clásica introducción. Pregunta si es nuestra voluntad contraer matrimonio y apenas lo dejamos terminar para decirle que sí. Me muerdo la lengua para pedirle que pase directo al momento en que pueda decir que acepto. Estoy a punto de soltarlo, pero al contemplar mi reflejo en el par de esmeraldas que me han tenido hechizada desde el primer momento, desisto. No hay prisa, quiero disfrutar de esto.

El tiempo se pasa volando en el discurso del oficiante, en sus discursos sobre el amor, en todas esas palabras que intentan describir un sentimiento que yo conozco se sobra. Ese par de ojos están mirándome ahora, y confirmo que toda esa habladuría está de más si eso pasa, si consigo que me mire, si contigo que me sonría. No pueden decirme mucho del amor cuando este se impregna a mi piel cada vez que la abrazo.

Un escalofrío me atraviesa la espalda y de pronto, siento que voy a desmayarme, tengo la suerte de que ella me sostiene las manos, si eso no estuviese pasando, quizá caería de bruces sobre el arreglo floral que hay detrás de mí. En ese momento, noto que no soy solo yo quien busca evitar el colapso, Poché me toma con más fuerza, y puedo percibir los latidos de su corazón a gran velocidad.

El oficiante anuncia que ha llegado el momento de los votos, Poché me cede el turno, y yo no dudo en devolverle el honor. Sucede una y otra vez, hasta que todos estallan en risas y ambas nos ruborizamos. Finalmente, es ella quien suelta una de mis manos para recibir el micrófono de manos de Julian. Suspira, ríe nerviosa y aclara la garganta antes de comenzar.

P: ¿Hola? -prueba el micrófono con esa sencilla palabra -. Bien, se escucha fuerte y claro, así que aquí voy. Calle, yo estaba perdida. Creo que jamás tuve una idea concreta sobre mi futuro, ni siquiera sabía hacia dónde iba; y entonces apareciste tú. Cuando te conocí, cuando estaba aprendiendo a amarte, lo vi todo con mayor claridad y no tuve dudas. Siempre me consideré una persona con las palabras adecuadas para todo, pero cuando se trata de ti, todo vocabulario es pobre, es por eso que en ocasiones, cuando te miro y tú preguntas por qué lo hago, solo puedo sonreír y besarte, porque si intentara describirlo con palabras, no sería suficiente. Sé que quiero estar contigo siempre, estoy consciente de la magnitud del amor que despiertas en mí y del que eres dueña, y es por eso que me comprometo a darlo todo por este matrimonio, por ti. Pase lo que pase, ahora y siempre, me tienes por completo.

Inevitable AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora