BIENVENIDA A MANCHESTER

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Poché

Pase la noche con los ojos bien abiertos en dirección al techo de mi habitación, apenas podía distinguirlo por la falta de luz, con el corazón apunto de salir volando hasta el infinito por la rapidez de sus latidos. Trate de dormir, varias veces, y en esas mismas ocasiones termine dando vueltas entre las sabanas lamentando no poder conciliar el sueño. ¿Como iba a presentarme con el rostro sombrío por las ojeras? Inadmisible. No querer lucir mal, no justo hoy.

En el aterrizaje, mi corazón amenaza de nuevo con salir, todo mi cuerpo siente prisa, es como si hubiese estado esperando este momento durante una eternidad y la emoción no me deja pensar con claridad porque la azafata ha repetido unas cinco veces que use el maldito cinturón de seguridad. Avergonzada por mi distracción y con los dedos cansados de golpetear en mis piernas, calmo mi ansiedad moviendo mis rodillas. Hay una pareja de ancianos a mi lado que no deja de hablar en voz baja, deben de estar riendo de lo patética que luzco, pero reconozco que vale la pena, ellos no saben lo que esta apunto de ocurrir.

Espero mi equipaje con paciencia y me entrego totalmente a los engorrosos tramites del aeropuerto. Intento permanecer atenta, pero una parte de mi no puede dejar de obviar la prisa.No puedo esperar mas, no quiero hacerlo, necesito explotar de felicidad con la única persona que comparte este sentimiento conmigo.

Verla siempre es un renacer, siempre vuelvo a encontrarme en sus ojos y muero de ganas por besar intensamente su sonrisa. Siempre me fundo en su cuerpo y la sensación de que podría morir ahí mismo en cual quier momento, si es a su lado, me corre por las venas. Me siento completa en sus brazos, que son mi hogar, y tomando su mano siento que finalmente estoy donde debo estar, caminar a su lado es sentir que nada puede pararme. Por fin me siento segura, tras años de lucha contra unas circunstancias aplastantes. Los momentos en los que solía sentirme un eslabón perdido han quedado atrás, finalmente siento que pertenezco y el camino frente a mi se ha iluminado, mostrandome la dirección. No hay nada que temer, ni noches en vela tratando de entender el por que de las cosas, todo esta bastante claro desde que ella aprecio.

La sala de espera esta completamente abarrotada,las personas vienen y van, se besan, se abrazan,se miran,se sonríen, se entregan por completo a quienes los esperan... Conmueve el amor que se respira en el lugar, e inmediatamente pienso en el mio, en mi amor,¿donde esta Dani? La busco entre la multitud con vehemencia, con el pecho agitado, con la emoción a flor de piel y una sonrisa gigantesca.

Pasan algunos minutos para que mi expresión cambie, la angustia comienza a hacerse presente en todo mi ser,porque sigo de pie buscando con desesperación y no hay señales de ella por ninguna parte.

X: ¿Esperas a alguien o aun puedo convencerte para que vengas conmigo?

Devuelvo mi celular al bolsillo, el corazón sigue a mil por hora mientras giro para encontrarla.La veo de pie, con la preciosa sonrisa enmarcada en los finos labios que tanto he estado deseando, mi pulso disminuye y puedo jurar que incluso se ah detenido por unos segundos. Luce tan fuera de este mundo en mezclilla y camiseta de tirantes, sencilla y preciosa algo totalmente propio de ella y eso me enloquece. La admiro, la contemplo como una boba, como morir y estar frente al paraíso, como resucitar y reconocer que ni siquiera esa tierra prometida se compara con tenerla.

Apenas consigo parpadear, no puedo parar de sonreír al ver el gorro de chofer sobre su cabello castaño y un rectangulo de carton con mi nombre escrito en el. Las lagrimas se acomulan, cuanto la habia extrañado, cuanto la necesitaba. Mirándonos a los ojos con el tiempo en paro total, como un acuerdo y de forma simultanea, nos lanzamos a los brazos de la otra. La sostengo tan fuerte como puedo, respiro su perfume, la lleno de besos en la mejilla y finalmente me acerco a sus labios.

Inevitable AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora