Inevitable Amarte

LA DESPEDIDA

Poché

En la radio suena la canción favorita de Dani, su voz es todo lo que oigo en medio del caos vial neoyorquino al que estamos acostumbradas. Sonríe y me hace sonreír a mi también, al verla tan relajada después de lo que podemos llamar uno de los momentos mas incómodos que hemos experimentado. Es la primera vez que trato con el Sr Calle en todos estos meses, sorpesivamente no existieron los comentarios fuera de lugar ni la mirada inquisidora que brindaría a la culpable de que su hija mayor le ¨diera la espalda¨. Dani esta mas que feliz por lo que parece ser un nuevo comienzo entre su familia y yo, se nos ha olvidado por un momento lo que se viene.

Aun es temprano en una ciudad que parece estar debajo de una temporada invernal inusual, porque el frío cala hasta los huesos y hace que duela el pecho al respirar, Too se vuelve difícil cuando siente que cada parte de tu cuerpo va a resquebrajarse con el movimiento mas simple. Quizá no es el frió, ahora que lo pienso, pero quisiera culparlo para no aceptar que estas ultimas horas al lado de Dani me están matando.

Solo entramos al departamento por lo que falta, de las paredes se han retirado cuadros y fotografías, en los estantes no hay mas libros, los muebles han sido cubiertos y el eco aplasta poco a poco mi corazón. La vivacidad del lugar se ha ido dejando tan insoportable que me hace querer salir corriendo. Noto que la alegría se nos ha quedado en el auto, porque la contemplo presa de los nervios  a pesar de que aun nos queda una noche y algunas horas, antes de llevarla al aeropuerto. Lo veo en el temblor de sus manos al querer cerrar la ultima maleta.

Ya en casa,mientras ella se esfuerza en preparar la cena. Dedico mi tiempo a observarla, a imaginar el día en que pueda despertar y verla desplazarse de un lado a otro sin sentir que el aire se me va, cuando ya no tengo que verla partir, cuando el cuerpo no me pese como ahora que estoy consciente  de que se va. De vez en cuando me sonríe, debo parecer una idiota porque creo que ni siquiera me he dado permiso de parpadear. El cabello recogido , los ojos avellana, las piernas largas y un vaivén irresistible, cosas que posee y no se van de ella ni un solo día, y yo apenas me doy cuenta de cuanto me encanta observarla y reafirmar la idea de que no hay mujer mas bella sobre la tierra. Ni hablar de lo que no se percibe a simple vista, ni hablar de todas esas puertas de su ser que ella  ha abierto para mi sin que yo lo pida. Incondicional, porque ninguna de las dos exige, somos felices así, dándonos lo mejor solo porque nos amamos y recibiendo gustosas lo que la otra ofrece sin pedir mas, por que es sincero, viene de su corazón y eso basta.

Al final del día, en nuestra ultima noche juntas, la tristeza es inevitable, con ella acurrucada en mi pecho y mis brazos rodeándola, ¿cuanto pasaría para volver a estar así?. Mi corazón se contrae, contrario a lo que cualquiera pudiese pensar, compartir esta cama no involucrara el encuentro de mis labios con la piel de sus caderas, solo nos limitamos a intentar dormir entre toda la bruma que rodea lo inevitable de su partida.

Dani duerme por ratos, mientras mis pensamientos  no me regalan un solo segundo de paz y cerrar los ojos para poner mi mente en blanco no es una solución. No es sorpresa que este ultimo  mes haya pasado volando frente a nuestros ojos. Fuera de estas circunstancias, con Dani siempre ha parecido que el tiempo no es suficiente, sin importa lo que estamos haciendo o en donde estemos,no hay un solo día en que no desee tener la habilidad de detener el tiempo por un momento con tal de tenerla un poco mas conmigo, justo ahora.

La admiro mientras duerme, es duro saber que dentro de 24 horas solo veré fijamente al espacio vacío de una cama matrimonial que jamas me preocupo ocupar, pero que ahora esta impregnada en cada centímetro del perfume que me arrancara un par de lagrimas en el momento que mi cerebro lo detecte. Quizá todas la mañanas sean lo mismo, hasta que la esencia se evapore, y aun así, no sera remedio a lo mucho que voy a extrañarla.