Inevitable Amarte

VOLVERTE A VER

POCHÉ

Despierto y él característico dolor de cabeza aparece al instante, entiendo que debo lidiar con la resaca de hoy. Mi mente es un torbellino, pasaron tantas cosas en tan poco tiempo que me cuesta trabajo creerlo.

Un viernes, el dia de ayer para ser concretos , me levanté temprano para visitar a mi novio (ahora ex) en la universidad, quise aprovechar el hecho de que en esa ocasión  mi trabajo no comenzaba hasta pasado el medio día. Lo hice sin pensar en la sorpresa que me llevaría al ver sus labios unidos a los de Erubey, la chica de intercambio de la que Mario me había comentado dias antes. Al confrontarlo, el se atrevió a negarlo, pero era muy tarde, lo había visto todo. Dos años de mi vida que no voy a recuperar, durante los cuales me esforcé por ser mi mejor versión para él chico que creia mi futuro.

¿ Lo amé? Si... O no lo sé, pero hasta que lo conocí por amigos en común en aquel viaje a Miami, yo no había desarrollado sentimientos por nadie, incluso puedo decir que yo era una perfecta cazadora sin ataduras ni contratos. Puede que sólo me aferrara a él durante este tiempo por provocar novedades en mi vida, pero todo mi "amor" se fue al presenciar ese beso; siguiendo mi principio de no llorar jamás por un chico, no derramé una sola lágrima. Fui al trabajo, terminé en aquí bar y él resto es historia.

Hoy me encuentro reflexionando todo esto en mi cama, y como fiel creyente del karma, pienso que Mario era algo asi por todos los corazones que rompí antes, cuando él compromiso no era algo que me pareciera, ya entiendo la lección.

Él sabado transcurre  tranquilo, este fin de semana estoy libre de trabajo, asi que ocupo él tiempo para hacer ajustes en la casa que mis padres se esforzaron por construir para nosotros. Bajo las escaleras y lo primero que veo es una foto de ellos, papá falleció cuando yo era muy pequeña  mamá hablaba de él desde que tenía uso de razón y por todo lo que me contaba, era en hombre más bueno del mundo. Tras la muerte de mi padre, ella tenía un empleo de medio tiempo como mesera  en una cafetería del centro; mi madre se fue tres meses antes de mi cumpleaños número 20, en su momento se costó entenderlo y ahora he aprendido a vivir con ello.

No podia estar más agradecido por lo precavidos que habían sido mis padres. Papá contaba con un empleo de buena págs y, al quedarme sola después de la partida de mamá, supe que él se desprendía de una parte de su sueldo pensando en mi futuro, pues había una cuenta bancaria como suficiente capital para pagar mis estudios. Mis padres me aseguraron de darme un techo y las herramientas necesarias para salir adelante, yo sólo tenia que aprender a arreglarmelas, asi fue como terminé la carrera de medicina veterinaria con un promedio de en sueño y monte un consultorio en la zona centro de la ciudad.

Paso él resto del dia desempolvando fotografías, limpiando estantes y muebles, haciendo lavandería y por momentos jugando en él jardín con Ramón, un precioso pug cachorro, que alejo mi mejor amigo me regaló hace poco.

La noche cae y subo a mi habitación dispuesta a darme una ducha. Estar exhausta y lo único que quiero es descansar. Salgo de la ducha, seco mi cabello para que ni humedezca mi almohada y me meto a la cama. En todo él tiempo que estuve abajo haciendo limpieza, mire mil veces hacia la puerta principal esperando escuchar el timbre y en mi imaginación podía ver a una mujer  de ojos color avellana al abrir. Daniela había sido la compañía perfecta para él pésimo momento que había tenido la noche anterior, una parte de mi deseaba verla y otra parte de mi sabia que, quizá, jamás nos volveríamos a encontrar. Ella preguntó si podía, pero eso no significaba que fuera a hacerlo, quiza fue el alcohol, aunque tampoco bebió tanto. Siento un fuerte deseo feliz concocerla más , mucho más de lo que ya conozco de ella, porque mientras ella hablaba en ese bar yo solo pude quedarme callada mirándola a los ojos, escuchando sus anécdotas y tomando nota de cada expresión y gesto suyo. Me fue inevitable perderme en ella, yo le hacia preguntas de vez en cuando y asi continuamos hasta que acabó la noche. Deseo conocerla más, pero también deseo que me conozca, que se interese en mis historias. ¿ A ella le seria inevitable perderse en mi si cambiáramos puestos en otro ocasión ? ¿podria sentirse de la misma manera?. No lo sé, sólo pido a la vida que la traiga a mi puerta para poder escucharla y verla de nuevo; y que raro en mi sentir esto, si siempre he dicho que mientras menos sepas de mi, mejor. Entre toda esa maraña de pensamientos me quedo dormida.