XI

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轟とどろき燈とう矢や

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A los dos días de la invitación, le avisé a Shoto que iba a ir a su casa. Él, gustoso, asintió sonriente. Me pasó su número telefónico en caso de que cancele por si se me presentó algo más.

Me miré por última vez en el espejo. Me puse un poco de maquillaje. La verdad no le veo lo necesario; además de que no me gusta, simplemente iré a cenar a una casa donde solía estar mayor parte del tiempo.

Estaba a algunas cuadras cuando comencé a retractarme. No puedo ir a esa casa. No puedo entrar a esa casa. ¡No puedo estar en esa casa!

Ya estaba frente a su cancel.

Saori, regresa a casa.

Ya toqué el timbre.

Saori, regresa a tu casa.

Vi venir a Shoto, con pasos animados salió a atenderme. Casi es como si me estuviera afigurando a Touya, venir al cancel para abrirme y decirme con su típica voz llena de felicidad: Saori, me alegra que estés aquí. Vamos a jugar.

Eso me decía cuando yo tenía 4 años y él 6. Después me decía: Ya viniste, vamos a ver una película. Eso, cuando yo tenía 7 y él 9. Cuando llegó a los 12, comenzó a tratarme diferente, ya no como una niña con la que quería jugar sino, como una niña a la que quería proteger, a la que quería cuidar y amar sobre todas las cosas. Incluyendo sobre la autoridad de su padre.

— Buenas noches, Saori.

— Hola, Shoto — sonreí.

— Ven. Vamos adentro. Mis hermanos ya están esperando por ti.

Asentí. Seguí sus pasos, aunque ya conocía la casa perfectamente.
Evité mirar los lugares donde solía estar con Touya; el patio, era el principal y donde nos gustaba estar.

Al dar el primer paso para entrar a la casa, sentí una punzada en el pecho. No puedo dar un paso.

— Si gustas, puedes dejar tus zapatos ahí y usar estar pantuflas — me mostró un par de color escarlata. Sonreí tiernamente. Me retiré mis botas para usar las pantuflas y seguirlo a la cocina.

— ¡Saori-chan! — exclamó Fuyumi al verme entrar. Sonreí ampliamente al verla. Ya no es la niña que conocí, ahora es una mujer. Corrió hacia mí para abrazarme — ¡Te he echado de menos, Saori-chan!

— Y yo a ti, Fuyumi — contesté, después de corresponder el abrazo.

Aunque soy un año menor que ella, solía cuidarla como si fuera la mayor. Siempre la peinaba, todo con supervisión de Touya, ese era su pretexto, porque cuando estábamos solos él me hacía los mismos peinados que yo le hacía a su hermana.

— Hola, Saori — nos separamos para ver al peliblanco, quien ya estaba sentado en la mesa del comedor. Él sí es menor que yo, por dos años.

— Hola, Natsuo. Me da mucho gusto verte.

— A mi también.

— ¡Bien! — intervino Fuyumi — ¡Hay que cenar!

La cena era el platillo favorito de Shoto; Soba.
Era primera vez que lo veía tan tranquilo. Esta familia, sin Enji, me transmite felicidad y calma. Todo lo que ellos me transmiten, me lo transmiten también Hawks y Touya. Suspiré con pesadez, se supone que estoy aquí para distraerme y sólo pienso en ellos.

— Así que Aizawa te pidió ese favor — asentí — ¿Y cómo te sentiste al estar con ellos?

— Fue emocionante — contesté —. Al principio estaba nerviosa porque jamás había impartido clase a un grupo que aspiraba ser héroes profesionales. Con el paso del tiempo, tanto ellos como yo, nos fuimos encariñando.

Bad Romance; Hawks x OC x DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora