Bad Romance; Hawks x OC x Dabi

XXXVI

Intentaba acertar un golpe, pero tengo más temor a que me toque. Es capaz de matarme de manera instantánea y no he venido a morir.

Me siento asqueada. Los villanos miran la pelea con emoción, sabiendo que Overhaul lleva la ventaja total y en este mismo lugar me van a hacer más daño.

Dio ligeros toques al suelo provocando que un sin fin de púas salieran del piso. Con mis poderes, me elevé en el aire para que no me hicieran daño.

— Eres lista — halagó —. Por desgracia, eres usuario de un Quirk de mayor potencial, así que debo matarte.

— Tengo la estúpida regla de no matar villanos — dije, posicionándome en cuclillas sobre una de las púas —. Si no, más de uno ya estuvieran muertos.

— No lo dudo. ¿Sabés quién fue el responsable de la muerte de tu madre?

— Malnacido — me lancé a él para golpearlo pero levantó una pared al tocar una púa — ¡No te atrevas a mencionar a mi madre de nuevo! — di un fuerte golpe en la pared provocando una gran grieta para después lanzar una esfera de Soul y así hacerla pedazos. Estaba lo bastante lejos como para recibir daño.

Lancé a él infinidad de ráfagas de mi Soul Self pero, al tocar con su mano una de las púas, la elevó para formar un escudo. Busqué un espacio libre de puntas, pero, al poner un pie en el suelo, él sacó una púa de una de las que se encontraban a mi lado para clavarla en mi costado, di un salto para evadirlo ocasionando que me lastimara la pantorrilla, gracias a eso, me distraje ya que me había rasgado gran parte de mi piel.

— Mierda... — musité. Lo volteé a ver, no supe si estaba sonriendo o estaba serio por esa estúpida máscara en su rostro.

Me lancé a él evadiendo las púas que salían de las demás, esta vez prestando más a mí alrededor y asegurándome de que no me vuelva a lastimar.

Una vez cerca, di una vuelta sobre mi mismo eje con el objetivo de golpear su rostro pero tomó mi pie con ambas manos. Antes de que comenzara a alterar mi pie, con mis poderes me quité mi bota para alejarme de él de un salto.

Formó una daga, sin perder tiempo, la lanzó hacía mi dirección.
Con mis poderes logré detenerla, hice un movimiento con mis manos para girarla hacia él y lanzarla. Al tocar una púa, la formó en un portal que, quién sabe a dónde la habrá llevado.
Sentí el corte en mi costado izquierdo, por tal acción, me cubrí con mi mano, me está saliendo demasiada sangre.

— Yo opino que te rindas de una vez — comentó. Con mis poderes, intenté cerrar la herida pero me está costando, sólo logré ponerle un pequeño vendaje hecho de mi Quirk. Si me debilito, esto también a desvanecer y voy a morir más rápido —. Sólo porque desde hace años me caes bien.

— Vete al diablo — dije entre dientes.

Me fijé que en el suelo había pequeños fragmentos de las púas que ha formado.
Lancé una ráfaga a ellas para elevarlas y manipularlas.
Se formaron en cuatro pequeñas esferas, las cuales, se las lancé a su dirección, no alcanzó a cubrirse o evadir mi ataque, por lo cual, resultó herido ya que los fragmentos tenían forma puntiaguda y se clavaron en su cuerpo.

— Maldita — dijo molesto. Siento que la sangre no me deja de drenar en mi pierna —. Yo también puedo hacer eso.

Olvidé por completo en dónde estaba metida hasta que las púas se hicieron en pequeños fragmentos que fueron dirigidos a mi dirección. Todos entraban en mi cuerpo o simplemente me hacían cortes.
Aún veía venir cuando caí de rodillas cubriendo mi cabeza. Escuchaba pasos, no sabía de quién eran pero, al dejar de oírlos, dejé de sentir los pequeños vidrios clavarse o cortarme.

— Te dije que la dejaras.

¿Ese es...?

— Dabi — susurré. Me siento débil. Estoy chorreando demasiada sangre. Al levantar la cabeza, los veo a los dos con un debate de miradas.

— ¿Qué no la quieres ver muerta? — preguntó Overhual con la intención de soltarse de su agarre.

— Sólo yo la puedo tocar. Por ende, sólo yo decido cuándo matarla — contestó.

No sé si sentirme bien, porque evitó que me siguiera haciendo daño; o sentirme mal, porque ahora que me encuentro débil, es capaz de matarme.
Overhaul estaba distraído, con las pocas fuerzas que tenía, me levanté corriendo para ir en dirección donde se encuentra Eri. Aún así, aún con los chorros de sangre saliendo de mis heridas, corrí...

— ¡Eri! — exclamé. La niña, temerosa, corrió a mi dirección. Estoy cerca de alcanzarla pero... No puedo más.

— ¡Saori! — exclamó ella con esperanza — ¡Saori!

No me puedo rendir, por ella es que he decidido ser héroe, por ella, por una niña indefensa. Por gente como ella. Tropecé pero seguí corriendo hasta tomarla en brazos. 

— ¡Saori! — exclamó con miedo. No alcancé a mirar hacia atrás porque una cuchilla me atravesó la pierna y caí al suelo — ¡Saori!

— Vete... — me arrodillé a duras penas, retiré la cuchilla de mi pierna. Cada vez sale más sangre —. Vete, vete. Si encuentras a Izuku dile que... Estoy bien.

Se dio media vuelta para salir pero Overhaul la cargó de inmediato. Estaba cerca... Comenzó a alejarse de mi. Me levanté y corrí a su dirección para quitarle la niña pero... 

Mi vista se volvió borrosa. Mis pasos más pesados y mis piernas más débiles.
Iba a caer pero alguien me abrazó del torso.

— Dabi... — susurré de nuevo.

— Te di la oportunidad de huir pero fuiste muy idiota — susurró en mí oído. Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral —. Mocosa estúpida.

— Mátame de una vez.

— No.

Le di un empujon y de nuevo corrí hacia Eri. Sí, soy obstinada y terca, por eso siempre termino herida de gravedad así como ahora, pero... No dejaré que Eri siga viviendo de ese modo. Ya no. Ella saldrá de aquí y tendrá un hogar...

Aunque yo termine muerta.

— Eres muy molesta, ¿sabías? — escuché a Overhaul. Me lanzó una cuchilla de concreto que lancé a otra dirección con mi Soul. Pero... Caí al suelo porque detrás de esa cuchilla venía otra y se clavó en mi brazo —. Quédate ahí, ¿quieres?

— Eres... — detuvo sus pasos — Eres un maldito malnacido.

No dijo nada, la sangre bajaba por mi cabeza como si de agua se tratase, al menos los villanos no sabrán que estoy a punto de cerrar mis ojos. Todo se volvió nebuloso, no puedo enfocar el techo que está sobre mi y tampoco escucho si alguien se acerca. Mis párpados pesan tanto que cedí hasta dejar de ver la luz de la lámpara de techo y sólo ver oscuridad.