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八神沙織
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Curiosa, tomó mi cabello. Hice una pequeña mueca porque no se dio cuenta que me jaló un pequeño mechón.
— ¿Qué le pasó a tu pelo? — preguntó, tanto confundida como curiosa. Me soltó con lentitud.
— No lo sé — respondí —. Me salió ese mechón blanco y no sé porqué.
— Ya veo. Quizá es una evolución de tu Quirk — comentó — ¿Has ido al doctor?
— No. Aún no he ido. Aunque, no creo que sea algo de que preocuparse.
— Yo digo que sí — arremetió con suavidad para que no piense que está enojada. Sé que no lo está, pero sí está preocupada —. Es decir, de un momento a otro te apareció ese mechón y también tienes magulladuras en tu cuerpo cuando usas tu Quirk — se sentó frente a mí, con sus piernas cruzadas en forma de mariposa —, eso ya es de preocuparse, Touya.
— Estoy bien, Saori — di palmadas en su cabeza —. Tranquila.
— Ya habíamos hablado de esto.
— Te digo que estoy bien.
Suspiró con pesadez. Asintió pero sin verme, sino mirando a su lado derecho. No me gusta verla así, pero, si no hago algo para que se quede tranquila, así no podré protegerla cuando seamos héroes profesionales. Aún si mi cuerpo no resiste mi Quirk, aún si mi cuerpo se llena de heridas que después cicatricen, yo la voy a proteger sobre todas las cosas, incluso, de ella misma.
— Oye — la tomé de su mentón para que me viera. Ella tenía la mirada baja —. Estoy bien. Estaré bien.
— Perdóname — dijo, levantando la vista —, pero ya no te creo.
— ¿Qué?
— Me... Me dijeron que... Si sigues usando tu Quirk... Podrías morir — me levanté molesto. ¿Quién le dijo? —. Deja de mentirme, por favor. Pensé que confiabas en mi.
— ¡Claro que confío en ti! — dije en voz alta, molesto. Ella me frunció el ceño — ¡Confío plenamente en ti!
— No me grites — dijo, con voz calmada y con un tono muy cortante. Sus palabras se sintieron como si una navaja me hubiera cortado —. Cálmate, por favor.
