XXXVIII

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No sé qué hora es. Pero, de lo que sí sé, es que debo de irme de aquí.

Al abrir los ojos, veo que aún estoy abrazada a su pecho. Tengo que irme ya.

Aún con el cuerpo dolorido, le retiro su brazo de encima mío para levantarme.
Miré todo a mi alrededor, es su habitación. En un mueble de enfrente se encuentra mi traje doblado y las botas sobre él. Lentamente me fui levantando para dirigirme a esa dirección y comenzar a vestirme.

Terminé de ponerme las botas, todo con el menor ruido posible. Me dirigí a la puerta para irme, pero, antes de salir, lo vi; seguía dormido.

Vagamente recuerdo que en los cajones que revisé anoche había uno que tenía un cuaderno y bolígrafo. No le presté tanta atención porque mi objetivo en ese momento era la ropa.

Abrí el primer cajón. Ahí estaban.
Los saqué y comencé a escribir.

Al releer la nota, me decidí que estaba bien lo que había escrito. Arranqué la hoja con cuidado y la dejé en su lado derecho, donde yo había dormido.

Salí y cerré con cuidado. Es una casa enorme para varias personas, seguramente es la nueva guarida de la Liga de villanos. Suspiré.

Comencé mi andar buscando la salida.

— ¡Yagami! — exclamó un hombre. Al dirigirle la mirada, me di cuenta de quién se trataba.

— Ah, Mr. Compress.

— ¿Gustas que te asigne una habitación o dormirás con Dabi?

— ¿Qué? Nada de eso — respondí —. No me voy a quedar en la Liga. Voy a regresar con los héroes.

— Eso no fue lo que... — suspiró pesadamente —. Bien. Haz lo que quieras. Es exactamente lo mismo que le dije a Tomura pero no me hizo caso. Mira, bajas las escaleras y en la planta baja está la salida. Nadie está vigilando, sólo sales y listo.

— ¿Por qué me ayudas a sabiendas que soy un héroe?

— Yagami, hay cosas que aún no comprendes del todo...

¿Me llamó estúpida?

— Veré un momento para contarte todo de una vez.

— ¿Acaso sabes más de mi vida que yo?

— Algo así — arqueé las cejas con asombro —. Vete antes de que Dabi despierte. Ya lo conoces, si no te ve cerca, se vuelve loco.

— ¿Por qué? — pregunté mientras caminaba — ¿Por qué se obsesionó tanto conmigo?

— Yo no soy nadie para decírtelo — dijo, siguiéndome con la mirada —, pero, nada se puede mantener oculto por siempre. ¿Estás de acuerdo?

— Sí, lo sé — respondí. Suspiré —. Dile a Shigaraki que me perdone, pero yo no puedo ni quiero estar en la Liga. Dile a Dabi que me perdone, pero no quiero verlo otra vez.

— Entendido.

Fueron las últimas palabras que intercambiamos antes de que saliera de este lugar.
Aún me duele todo el cuerpo y siento que voy a desfallecer pero tengo que llegar a la UA de inmediato para contarles lo que pasó.

Si me golpean, yo se los regreso al doble de fuerza.

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Bad Romance; Hawks x OC x DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora