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Llegué a casa, mirando la puerta y dudando si tocar o irme. Vivo aquí, sí, pero olvidé las llaves. ¿Y si mejor vengo mañana? No. Esta conversación debe de llegar en cualquier momento. Así que, respiré profundamente, toqué el timbre y esperé a que me abriera la puerta. Segundos después, abrió.
— Llegaste tarde.
— 1 minuto tarde no es gran cosa. Y si quieres que el regaño valga la pena, me tardaré más tiempo.
— ¡Tch! Pasa.
Se movió a un lado y me dejó entrar. Las maletas ya se encontraban en la sala. Son maletas de él, mías no. Las reconozco por el color y el tamaño. Además, yo llegué aquí sin nada de ropa, todo lo he ido comprando en los días.
— Supongo que Hizashi te comentó que nos iremos a los dormitorios de la UA — asentí —. Antes de irnos, quisiera hablar contigo.
— ¿Sobre qué? — me dirigí al sofá de un asiento. Me dejé caer en él. Por otro lado, Shota se sentó en la mesa frente mía.
— Estuve reflexionando lo que te dije ayer en la tarde — dijo, comenzando. Suspiré.
— Shota...
— ¿Acaso sientes algo por ese villano?
Su pregunta me dejó aturdida. Pero... Con demasiadas dudas en mi cabeza. Los sentimientos, principalmente el amor, cariño, son muy fuertes y, desde mi percepción, son únicos. No te puedes enamorar de cualquier persona, esos sentimientos se deben de tener hacia una alguien que sea especial para ti y viceversa.
Pero...
Pequeñas gotas caían al dorso de mis manos y a veces mojaban mis muslos. Bajé mi cabeza y me abracé a mi misma para llorar sin ser vista por Aizawa. Pero, él ya me vio. Ya vio las lágrimas que, con tanta repulsión, estoy liberando. Odio llorar porque me siento vulnerable y débil.
— No lo sé... — respondí —. Me gusta Hawks... Pero... Ese sujeto... — negué. Alejé mis brazos del estómago para despeinar mi cabello —. Me dirás loca pero, Dabi... Siento que en algún momento... Lo he conocido — pasé mis manos a mis ojos —. No sé de dónde... Pero... Cuando lo miro, no sólo quiero matarlo...
— ¿Matarlo? — interrumpió —. Para que sientas algo así es porque ese sujeto te hizo algún daño muy fuerte.
— Quizá sí lo hizo — sequé las lágrimas con el dorso de mi mano de una manera brusca —. Lo que hizo ayer de esas cartas... Que lo siga haciendo aún después de conocer su rostro... Todo eso me da tanta rabia...
— Peque — tomó mis manos. Jamás lo ha hecho. En pocos minutos han pasado varias cosas que alteran la química de mi cerebro —. Sólo quiero la verdad. Sólo eso quiero — asentí — ¿Te sientes atraída por Hawks?
— Sí — respondí segura y firme.
— ¿Te sientes atraída por Dabi aún conociéndolo apenas unas semanas?
