«¿Cielo o infierno?»

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— ¿De verdad crees que vas a poder salvarlas? — se escucha una voz extraña y se ve una silueta entre las sombras que no se logra distinguir — el amor de tu vida y tu alma gemela, juntas, en el mismo lugar, en pe li gro — remarca cada sílaba y suelta una carcajada espeluznante y frívola para después callarse de repente — ridículo — vuelve a reírse de igual manera — te daré el privilegio de escoger T/n — de pronto sale de las sombras cubierto de una túnica blanca todavía sin dejarse ver

Camina hacia las dos mujeres que estaban arrodilladas frente a mi, incrustando la espada en el suelo arenoso dejandola ahi

— ¿Pelinegra o pelirroja? — habla acercándose más a ellas agarrando sus rostros mientras ellas tratan de soltarse en un intento fallido — ¿Cielo o infierno? — se ríe otra vez — tic tac T/n — gira su cabeza hacia mi mientras está en medio de las dos.

Estaba paralizada, veía fijamente los ojos de Wanda inundados de pánico, un leve temblor en sus labios me indicaba que lo que sentía en su cuerpo era más que miedo, estaba nublada sin saber qué hacer.

— Matame a mi — ahora mi atención se posó en aquella pelinegra al escuchar su voz — matame a mi y váyanse, tienes que sacar a Wanda de aquí.

— Oh, creo que ya hay una elección — aquel hombre agarra la espada acercándose a mí y me la entrega — hazlo, T/n, puedes tomarte tu tiempo, pero de aquí sólo saldrán dos de ustedes por haber saboteado mis planes — pude haberlo atravesado con la espada en ese momento pero algo me lo impedia, quizá la misma espada me lo impedía.

— No lo pienses más, mon amour — sonríe cálidamente — te dije que haría lo que fuera para mantenerte a salvo y si eso es morir, lo haré con el mayor de los gustos porque te amo — una lágrima se desborda por mi rostro — te amo con todo mi ser aunque este sentimiento haya dolido toda mi vida, te amo.

Trataba de ignorar sus palabras y por más que intentaba  pensar en algo donde ninguna de ellas dos saliera herida, no se me ocurría nada, nada maldita sea.

Cerré mis ojos respirando pesadamente, pero de repente detuve mis pensamientos en una cosa y se repitieron sus palabras en mi mente

“Pero de aquí solo saldrán dos de ustedes”

Abrí mis ojos dándoles una sonrisa a quizá, las dos mujeres más importantes en mi vida

— No — dice Wanda negando varias veces como si leyera mi mente — ni se te ocurra hacerlo porque jamás te lo perdonaré, jamas me oíste.

Charlotte quien no había entendido nada de lo que hablaba Wanda me miró y empezó a deducir mis intenciones abriendo sus ojos con horror.

— Por supuesto que ya hay una elección — hablé por fin ganando la atención del hombre que aún no mostraba su cara y le sonreí altivamente — me elijo a mí.

HECHA PARA TI (WANDA MAXIMOFF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora