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Comienza el día del cumpleaños de Wanda y Pietro.
-- Preciosa…. ¡Despierta! -- lleno todo su rostro de besos -- traje algo para ti.
Acomodo algunos de sus mechones de cabello desordenado.
-- ¡Hmmmm! Cinco minutos más ¡Por favor! -- se remueve en la cama.
Sonrío, es demasiado tierna mi novia.
-- Me comeré entonces el desayuno que he preparado con tanto amor ¡Eh!... Hice waffles, llevan Nutella, fresas, frambuesas, arándanos. Tienes café, jugo de naranja y tienes un parfait con mezcla de frutos secos.
Abre sus ojos lentamente y se va acomodando a la luz.
-- ¡Feliz cumpleaños, princesa! -- le doy un beso y luego se esconde en mi cuello.
-- Que bien hueles desde temprano -- se acurruca más a mi -- Uno de mis deseos de cumpleaños es despertar así todos los días.
Trago en seco ¡Joderrr! No sé si soy capaz de hacerlo siempre, pero no voy a negar que también me hace ilusión ¿Qué has hecho conmigo mujer?
-- Va… Los deseos no se cuentan, o no se cumplen. Deja ya la pereza Wanda Maximoff que hoy es tu día…
La senté a propósito y miró la bandeja puesta en su mesita de noche.
-- Eso se ve muy bueno -- me da un beso corto, le paso todo y de inmediato lleva un poco de lo que hay a su boca.
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-- Confieso que tuve un poco de ayuda de Rose porque soy un desastre en la cocina, hice mi mayor esfuerzo -- reímos ambas -- ¿Está bien así? ¿Quieres algo más? -- ella niega varias veces.
-- Comida No… Pero sí me gustaría que me acompañes a un lugar -- yo asentí.
Creo saber dónde.
La veo comer, es jodidamente perfecta.
Su mirada se posa en el sillón, hay un ramo de tulipanes gigantes y al lado un elefante de peluche. Abre los ojos como platos.
