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-- Te extrañé, rubio teñido -- dije sonriéndole a Pietro por el retrovisor, ambos hermanos están en el asiento trasero del auto.
-- Y yo extrañaba tus apodos, enana -- sonrió -- no te preguntaré cómo lo hiciste, porque te conozco y sé que no me dirás -- suspiró mientras acariciaba la cabeza de su hermana -- ¿Va en serio? -- lo miré confundida -- las cosas con mi hermana ¿Van en serio? -- preguntó
Ahora fue mi turno de soltar un suspiro.
-- Tú más que nadie sabe mi historia, viviste una pequeña parte de ella. Nunca he sido una persona que demuestre mis sentimientos, pero llegó tu hermana -- la miro plácidamente dormida y vuelvo a ver al frente -- y puso mi mundo de cabeza, y si... Esto va en serio Pietro, jamás la dañaría -- remuevo el anillo que llevamos a juego.
-- ¿Qué hay de Charlotte? ¿Se lo contaste a Wanda? -- me tenso, niego varias veces.
-- No creo que sea necesario, no quiero abrumarla, además Charlotte Veredere está muerta -- contesto.
-- ¿Estás segura de eso? ¿Viste su cuerpo?
-- No lo ví, pero todo quedó en llamas, ella quedó atrapada adentro. Es imposible que saliera viva de allí.
-- Con ella todo podía pasar, T/n. Sabes que te quiero y te apoyo -- el platinado se notaba serio.
-- Pero... ¿Hay un pero, verdad?
-- Debes contarle, hace mucho no veía ese brillo en sus ojos y tú se lo has devuelto, no quiero verla sufrir de nuevo, ella te quiere.
-- Y yo la quiero a ella... Solo dame tiempo y te prometo que...
No logré terminar la frase y vimos como Wanda se estiró, luego se despertó de golpe.
-- ¡Oh, por Dios! T/n... Tuve un sueño demasiado extraño dónde tú estabas conmigo en la tumba de Pietro, salían unos destellos naranjados de ti, eran muy intensos, lo reviviste y lo vi... yo lo ví, lo abracé, se sintió demasiado real -- se percata de las manos que la rodean, voltea a ver a su lado encontrándose con el rostro de su gemelo -- ¡Aaaaaaaaaaaa! -- pega un grito que me hace frenar en seco. ¡Carajooo!
Pietro se golpea con el asiento del conductor.
-- ¡Auch! Casi muero de nuevo ¿Podrías tener más cuidado? -- se soba la frente.
-- Eso no lo ví venir.
-- ¿De verdad eres tú? -- dice Wanda al borde del llanto.
-- ¡Hola! Hermanita.
¡Sorpresaaaaa! -- decimos Pietro y yo al tiempo.
Volvieron a abrazarse. . . . . . .
Llegamos al complejo, Wanda no se ha separado de su hermano y de verdad me alegra verla feliz.
-- ¿Cómo creen que lo tomen? -- pregunta Pietro mientras subimos el ascensor.
