«Apariciones»

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Los rayos del sol daban directamente en mi cara, había olvidado por completo cerrar la ventana anoche, también había logrado dormir solo pocas horas, y es que pensar en el beso y todo lo que me está sucediendo con Wanda no me dejó conciliar bien e...

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Los rayos del sol daban directamente en mi cara, había olvidado por completo cerrar la ventana anoche, también había logrado dormir solo pocas horas, y es que pensar en el beso y todo lo que me está sucediendo con Wanda no me dejó conciliar bien el sueño.

¿Qué pensará Pietro de lo que siento por su hermana? ¡Maldita sea! Prometí protegerla, no que me enamoraría.

- Deja de sentirte culpable, T/n.

Mis ojos se abrieron como platos al escuchar esa voz. Y es que también estoy segura de que no dije nada en voz alta.

- ¡Oh, por Dios! - caí de la cama encontrandome directamente con el suelo - me estoy volviendo loca - pasé las manos por mi cara.

Escuché su risa igual que cuando solía burlarse de mí.

- ¡Esto es imposible! Tú... Tú estás muerto - dije viendo a su dirección sin poder creerlo.

- Bueno, si yo fuera tú, también diría lo mismo y estaría igual de sorprendido, pero al parecer tienes el poder de hablar con los del más allá, eso me incluye - se señaló el mismo mientras sonreía.

Estaba confundida, no sabía que decir, ni siquiera sabía que tenía ese poder.

- Yo... Wanda y yo... - trataba de hablar mientras me levantaba, no me salía una palabra coherente de la impresión, pero él no me dejó terminar...

- Se que la quieres, T/n. Mi hermana no podría estar en mejores manos - volvió a sonreír - Te dije que los Maximoff ablandarían ese corazón de piedra - sonreí levemente

- Te juro que mi intención fue protegerla como te prometí, siempre lo haré pero... Pasó... Simplemente pasó, ella me gusta de... De verdad Pietro - hablé rápido de lo nerviosa que estaba.

- ¡Ey, ey! Lo sé enana - se acercó y me abrazó.

- Puedo tocarte - dije en su hombro y empecé a llorar, era con las pocas personas que me mostraba así y extrañaba sus abrazos - Perdóname... Siento mucho no haber estado aquí para salvarte - hablé entre sollozos.

- Tranquila - acariciaba suavemente mi espalda - Sé que hubieses dado tu vida por mí, no lo hubieras pensado dos veces. Pasó lo que debía pasar... Yo no hubiese soportado perderte - confesó el rubio platinado.

- No ha sido fácil para Wanda..

- Lo sé, pero estoy tranquilo de que esté contigo enana.

Iba a responderle cuando siento unos golpes delicados y una voz del otro lado.

- Barnes, ¿Estás despierta?

- Hablando de la reina de Roma - se burla el finado.

- ¡Cállate! - me dirigí hacia la entrada de mi habitación y abrí lentamente la puerta - Wanda... Buenos días.

HECHA PARA TI (WANDA MAXIMOFF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora