19. Mi regalo más grande...

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  El día de la fiesta de Max estaba por llegar, para ello Juliana había querido tirar la casa por la ventana, pero fue el mismo Max quien le pidió solo un pastel y unos helados para celebrar con sus amiguitos de la escuela de futbol. No muy convencida de ello, Juls llegó a un acuerdo con él, sí harían un fiesta, pero sin tanto lujo.

  Para llevar a cabo esto, contaría con la ayuda de Valentina y de Susana, quien era la mamá de Pipe, el mejor amigo de Max. Dicha mujer no era del agrado de Val, desde que se conocieron pudo notar su interés hacia Juliana, cosa que la morena se negaba a creer y decía que eran ideas debido a sus celos; celos o no, esta situación les generó conflictos en los preparativos de la fiesta.

- Siento que en todo esto salgo sobrando, que mi opinión sale sobrando. Tú y Susana lo tienen todo fríamente calculado. – dijo Valentina molesta.

- No vamos a discutir otra vez por lo mismo, Val! ¿Qué es lo que realmente te molesta? – le preguntó Juliana.

- ¡Me molesta todo! Me molesta que me preguntes qué cosa me parece mejor si al final terminas comprando lo que ella diga. Mira lo que sucedió con el pastel, te dije que a Max le gusta más el de chocolate con fresas, y aun así compraste el de caramelo solo porque ella te dijo que ese les gustaba más a los niños.

- Amor, eso fue porque ella sabe más de esos temas, sabe que se debe de comprar para una fiesta y que no. – se defendió Juls.

- ¿Y qué sabe de Max? Nada, no sabe que él ama el chocolate, no sabe que le gusta más el azul que el verde, que no le agradan mucho los payasos. Es un milagro que no hayas dejado que ella escogiera la comida, al menos sí tuviste presente que de eso se encargaba Monse.

- Val, al final también se contrató a un mago, tal y como lo sugeriste. Simplemente estás exagerando.

- ¿Exagerando? Ahora también me vas a negar que esta tía no ha perdido oportunidad para estar insinuándote, se nota que te tiene ganas, y tú lo que haces es reírte por todo, parece que te gusta ser el centro de atracción.

- ¡Ya veo! Eso es lo que te tiene así de molesta, todo este show es por celos. Escúchame Val, Susana puede insinuarme mil cosas, pero yo ni le presto atención, la única mujer que tiene todo mi interés eres tú. Puede ser muy guapa, es más, podría pararse desnuda ante mí y ni la volvería a ver. – quiso bromear, pero fue mala idea.

- ¿Te parece muy guapa? Perfecto, pues quédate con tu amiga la guapa y sus ideas estúpidas sobre fiestas de niños, yo salgo sobrando, así que no tiene caso que vaya a una fiesta organizada por esa tipa.

- ¡No seas infantil!

- ¿Infantil? Que te follen, Juliana! Me gustaría ver como reaccionarías si estuvieras en mi posición… Escucha, no me siento cómoda yendo a esa fiesta, si lo hago es única y exclusivamente por Max, porque a mi bebé sí le interesa que yo esté ahí.

- Cielo, no seas injusta! A mi también me interesa, ¿cómo vas a pensar que no es así? Escucha… - suspiró – puede que tengas un poco de razón con todo, pero no pienses que tu opinión no cuenta, es solo que quiero que todo salga bien y ella tiene experiencia en estas cosas.

- ¿Me puedes llevar a mi casa? – fue lo único que dijo Val.

- Se supone que hoy dormirías conmigo, que me ayudarías a terminar de envolver los regalos.

- Puedes hacer eso sola… Así que por favor, llévame a mi casa o me voy en un taxi.

- No es necesario! Yo te llevo.

Durante el recorrido no dijeron nada más hasta que llegaron.

- ¿En serio te vas a quedar aquí ? – le preguntó Juliana.

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