Volverte a ver...

17. Perdida en ti...

La verdad revelada en aquella conversación, no fue algo que le haya sorprendido a Carmen, al menos no del todo. Para cuando Ignacio le fue infiel a la madre de Juliana, la primera en saberlo fue precisamente Carmen, había sido él quien le terminó revelando todo.

Carmen nunca dijo nada, no sólo porque Ignacio era como su hijo y porque había prometido guardar silencio, sino también porque sabía que el revelar aquel acontecimiento sólo traería más dolor a Guadalupe y a Juliana, eso sí, le hizo prometer a Ignacio que nunca más volvería a cometer tal falta.

Cuando conoció Max sintió algo muy familiar en el niño, había algo en él que le recordaba no sólo a Ignacio, sino más que todo a Juliana. Las semejanzas fueron más conforme Max iba creciendo, y lo que terminó por generarle más dudas fue el ver la conexión y el amor que se dio entre su ahijada y el menor desde el día que se conocieron. Ahora lo sabía bien, ahora estaba confirmado de que realmente eran hermanos, que por sus venas corría la misma sangre.

¿Qué pasaría ahora? Juliana merecía saber la verdad al igual que Max, ambos tenían el derecho de saber que los unía un lazo muy grande, más ahora que Aurora estaba enferma y con un futuro incierto. Es por eso que le dijo muy claro a la mujer de que si no hablaba, lo haría ella.

Aurora dio su palabra de que así lo haría, solo pidió que le diera tiempo a que pasara el cumpleaños de Max y las fiestas de fin de año porque no quería arruinarle la felicidad a nadie. Un plazo de 2 meses era lo que pedía para hablar con los implicados en aquel asunto, necesitaba mucho valor para enfrentar las consecuencias, entre ellas el poder perder a su hijo.

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POV VALENTINA.

Hace unos días había decidido darle una sorpresa a Juls; consistiría en prepararle una cena especial sabiendo todo lo que eso implicaba al no tener mucha o casi nada de experiencia en la cocina y en que, si le ocasionaba algún daño a la cocina, Juls me mataría, aun así, lo intentaría. En estos momentos me encontraba preparando todo, empecé por buscar recetas en internet y ver tutoriales en YouTube. La idea era cenar bajo la luz de la luna, tal y como lo habíamos hecho aquella noche en que me llevó al restaurante favorito de sus padres, con la diferencia de que esta vez solo seríamos ella y yo en el jardín de su casa.

Mi hermosa novia me envió un mensaje preguntando que qué estaba haciendo y que como se estaba portando Lanna, cabe mencionar que ella desde hace 3 días había tenido que viajar a Madrid para atender asuntos relacionados con el trabajo y desde entonces me he estado quedando en su casa cuidando a Lannita. Ella regresaría hoy mismo y eso me tenía muy feliz, la he extrañado cada maldito segundo, pero ya la espera pronto terminará.

Las horas se me pasaron muy rápido tratando de que todo quedara perfecto. Había hecho en el jardín un caminito con velas que conducía a la mesa en donde cenaríamos, en ella coloqué copas de vino y una vajilla para la ocasión. ¿Cómo quedó lo que cociné? ¡Delicioso! La verdad es que me esmeré mucho para que el resultado fuese bueno, ¿qué no haría por mi amorcito? Lo mejor es que la cocina no explotó... ¡Aplausos para mí!

Juliana tomó un vuelo que le permitiría llegar más rápido. Llegada la hora de aterrizaje, me envió un mensaje para avisarme que todo había salido bien y que pronto estaría en casa... No tuvo que pasar mucho tiempo para escuchar cómo se estacionaba el taxi en el que venía, así que salí corriendo a recibirla.

- ¿Quién es este ángel que ven mis ojos? - fue lo primero que me dijo al verme - ¿Llegué a mi casa o al cielo?

- ¡Tontita! - me acerqué a ella para abrazarla y darle un beso, bueno, varios besos - ¿Cómo estás, bebé? ¿Qué tal estuvo todo?