El trayecto a casa no había sido fácil para Valentina, se sentía triste y molesta; molesta con la situación y con Juliana, ¿cómo es que no le había dicho nada antes? Cabe mencionar que también se sentía molesta consigo misma por haber tenido aquel comportamiento la noche en que conoció a Juliana, no podía entender como no midió la consecuencias y como se expuso ante lo que era una completa desconocida. Hoy agradecía el que a pesar de todo, un ángel había cuidado de ella y la había protegido, agradecía que su primer beso con una mujer haya sido precisamente con Juliana, su verdadero amor y a quien llamaba novia.
¿Qué si le dolía haber dejado a Juliana sola y triste? Definitivamente sí, hasta pensó en regresar y decirle que le perdonaba el haberle ocultado algo tan importante, pero decidió que no era lo mejor, que realmente necesitaba tiempo, no tanto para ella, sino tiempo para que Juls entendiera que las cosas debían de ser parejas, que a como le exigía que fuera sincera, también debía de serlo con ella. No creía poder estar mucho tiempo separada de su morena, porque sí, seguía siendo suya; este pequeño distanciamiento no significaba que su relación había acabado, si algo tenía claro era que amaba a Juliana por sobre todas las cosas y fue por eso por lo que decidió marcharse antes de que el enojo la hiciera decirle cosas que la lastimarían y de las cuales luego se arrepentiría.
En cuanto llegó a la casa inmediatamente subió a su habitación, siendo seguida por Monse a quien le pareció extraño verla llegar cuando se suponía que dormiría esa noche con Juliana, además de que notó su molestia, es por eso por lo que debía de averiguar que había sucedido.
- ¿Y ahora que sucedió? – le preguntó Monse – Tenía entendido que hoy te quedarías con Juliana, tal y como lo haces casi todas las noches, pero supongo que si esos planes cambiaron es porque algo pasó.
- Pasa que Juliana es una mentirosa, pasa que todo este tiempo me hizo creer que nos habíamos conocido aquí en Galicia y no fue así…
- ¡Mierda! – dijo de inmediato Monse – Te lo dijo…
- ¡Siiii! – Valentina la miró fijamente – Un momento, ¿tú lo sabías? – el silencio le dio la respuesta - ¡Oh sí que lo sabías! Juliana me dijo que solo Adriana lo estaba enterada de esto, pero resulta que tú también… ¡No lo puedo creer!
- Valen, espera… ¡Déjame explicarte!
- ¿Qué me vas a explicar? Monserrat, desde un principio te platiqué de mis sueños extraños y hasta te pareció chistoso, y resulta que sabías que no eran simples sueños, sino que todo eso había sucedido y precisamente con Juliana, ¿cómo explicas que tú también me mentiste? Y ahora que lo pienso, si tú lo sabías, apuesto que Santiago también… ¡Jodeeer!
- Valentina, no nos correspondía a nosotros decirte eso, Juliana era quien debía de hacerlo. Ni ella, ni nosotros te hemos mentido, solo te ocultamos esa información; una cosa es muy diferente a la otra, además, claro que me pareció chistoso, pero eso fue en un principio cuando aún no sabía lo que había ocurrido realmente.
- ¿Y cómo o cuándo te enteraste? – preguntó aun molesta.
- Cuando tú y Juliana aun no andaban, ni siquiera eran amigas… - suspiró – Bueno, Santi lo supo en ese entonces y por supuesto no me dijo nada, luego fue la misma July quien me lo contó, lo hizo después de que pasó todo aquel rollo de tus exámenes para descartar un embarazo, y que luego vosotras discutieron, ¿recuerdas?
- Claro que recuerdo, pero igual no importa cuando lo supieron, aquí el punto es que todos callaron.
- ¿Crees que para Juliana fue fácil? Valentina, esta tía se enamoró de ti desde el primer día, tú te olvidaste de ella y de lo que pasó, después se hacen amigas y ella teme que al confesarte las cosas tú te alejes o no le creas, ¿qué pasó después? Se hacen novias y su temor crece, aun así termina siendo honesta contigo y ocurre precisamente lo que ella imaginaba que iba a ocurrir, la mandas a volar.
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Volverte a ver...
RomanceDos almas que muy poco creen en el amor, se encuentran por cosas del destino. El mismo destino las lleva a experimentar un momento lleno de intensidad para luego separar sus caminos. ¿Qué pasará cuando con el tiempo y sin siquiera imaginarlo, se vue...