14. Enamorada...

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POV JULIANA

Debo de admitir que lo que Valentina y yo veníamos haciendo desde hace algún tiempo, era el estar jugando una especie de juego peligroso, uno que en un principio me provocó un poco de miedo, pero que valía la pena aunque al final fuese yo quien terminara perdiendo, ¿a qué me refiero con esto? A que estaba aprovechando cada instante en el que pudiese tenerla cerca, en que mis atenciones con ella, esa manera de ser tan cariñosa y protectora, no era otra cosa que amor disfrazado de amistad; prefería tenerla cerca así fuese solo de esa manera, y sí, era una tortura el no poder besarla, pero lo era más el imaginarla lejos.

Me estaba gustando provocarla, el pensar que se pone celosa, me gustaba lo linda que es conmigo y lo especial que me hace sentir. Lo que nunca imaginé es que lo que tanto soñé, hoy era una realidad; aquí estamos una frente a la otra siendo sinceras, confesando lo que ambas sentimos, quitándonos las máscaras de una vez por todas.

En cuanto le digo que ella es la mujer que desde hace mucho me tiene como loca, Val acerca sus labios a los míos y de nuevo un hormigueo recorre mi cuerpo al sentir su tacto, nuestras bocas se mueven a un mismo ritmo, reencontrándose después de tanto tiempo, después de lo que pasó aquella noche que ni siquiera recuerda. Nunca había sentido tanto al tan solo tocar los labios de otra persona. La mano que tenía en su cintura la desplazo hacia su mejilla para acercar más su cara a la mía, mi lengua se hace paso lentamente en su boca y comienzo a acariciar la suya, luego de unos segundos nos separamos ligeramente para respirar, ella apoya su frente en la mía y suelta un suspiro.

- ¡Me encantas! - mi pecho sube y baja a una velocidad que asusta, nunca me había sentido tan nerviosa al besar a una chica, sé que no es la primera vez que pruebo sus labios, pero es que hoy es diferente, en esta ocasión ambas somos conscientes de lo que estamos haciendo.

- Eres una delicia, Juliana Valdés! No imaginas lo mucho que he deseado poder hacer esto... - me da un pico.

- El sentimiento ha sido mutuo, cariño... - me quedo en silencio unos segundos.

Hace poco mientras estaba justamente aquí en la cocina, no podía dejar de pensar en como sería si Val y yo estuviésemos juntas, probablemente cocinaríamos juntas, bueno, cocinaría yo porque mi castaña es un desastre para estas cosas, al menos la pondría a pelar aunque sea las patatas para preparar algo especial, yo la abrazaría por la espalda y le besaría el cuello para fastidiarla y distraerla con mis besos. Lo más probable es que la cena se retrasaría y me culparía a mí por eso para luego hacerse la enfadada, yo le seguiría el juego y le pediría perdón a base de besos y no la dejaría en paz hasta que me perdonara.

- ¿En qué piensas, hermosa? - me pregunta.

- En que eres demasiado hermosa... - le respondo - Pero también pienso en que probablemente estoy soñando y que nada de esto es real.

- ¿Esto no te parece real? - me vuelve a besar.

- Mmm no estoy muy segura...

- ¿Ah no? - vuelve a besarme, pero esta vez con mayor intensidad - ¿y ahora? - pregunta al separarse.

- ¡Muuuy real! - contesto - Pero por si la dudas, si esto es un sueño, por favor no me despiertes.

- Esto está pasando, Juls... -me acaricia la cara - Entiendo si tienes dudas, si piensas que ha sido un impulso de mi parte, pero quiero que sepas que sí está pasando y que debemos de hablarlo.

- No te voy a negar que sí me sorprende un poco, pero no creo que se trate de un impulso, te lo juro. Y sí, debemos hablar bien de esto.

- ¿Qué propones? - me pregunta - ¿Quieres que hablemos ya mismo de lo que nos está pasando? - en eso escuchamos a Max peleando con Lanna.

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