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27. Compromiso

Habían aprovechado para visitar varios de los museos más importantes de París, obviamente no podía faltar el museo del Louvre, el cual alberga pinturas famosas como La Gioconda, mejor conocida como Mona Lisa.

París es conocida por su historia y su arquitectura, así que se la pasaron aprendiendo sobre ese hermoso lugar. Ambas eran personas cultas, pero más Juliana debido a su amor al arte; la morena siempre que llegaba lo primero que hacía era investigar para enamorarse más del sitio que estaba visitando.

Ese sin duda estaba siendo un día lleno de emociones. París era una ciudad maravillosa, cada rincón por el que pasaban tenía tanta historia que una semana se les haría muy poco, es por eso por lo que habían prometido volver con más tiempo para disfrutar de todo al máximo.

Para esa noche Valentina había hecho reservación en un crucero privado por el río Sena, en él degustarían una exquisita cena para dos con una deliciosa botella de champagne. Es por eso por lo que regresaron con tiempo al hotel para prepararse y vestirse adecuadamente para la ocasión, debían de estar en el barco a las 8:00pm.

- Mi amor, ¿me ayudas con la cremallera del vestido? – le preguntó Juls a su novia cuando intentaba subírsela ella sola.

- Claro, ven aquí – respondió la castaña desde el baño, ella estaba en el tocador maquillándose los ojos – Esta noche te ves guapísima, mi amor – comentó después de subirle la cremallera – más guapa que de costumbre.

- La que se ve guapísima eres tú, creo que mejor cancelamos la reservación y nos quedamos aquí, no quiero que alguien observe con ojos de deseo a mi novia – dijo Juls levantando una ceja.

Valentina frunció el ceño, luego rio a carcajadas. Juliana a veces podía llegar a ser celosa y posesiva, pero sabía que en ese momentos estaba bromeando con eso de querer cancelar la cena y sí, la morena no hablaba en serio, todo lo contrario, ella admiraba la belleza de Val, se sentía orgullosa de confirmar cada día que era suya, le encantaba que los demás pudieran ver que tan hermosa es, aunque bueno, lo que realmente deseaba en ese momento era arrancarle el vestido, arrastrarla hasta el sauna y hacerle el amor toda la noche, estar entre sus brazos valía más que cualquier crucero romántico.

- Deja de ser tan celosa – expresó Val regresando la vista al espejo que tenía enfrente para terminar de arreglarse – Yo podría decirte lo mismo, sin embargo no lo hago.

- Lo sé, pero… - susurró acercándose a ella por la espalda, rodeándola con los brazos por la cintura – A veces no puedo evitar sentir celos cuando mi novia es la mujer más hermosa y sensual del planeta.

- Y mi novia es la mujer más maravillosa que existe y la que tiene el trasero más delicioso, uno que por cierto con ese vestido se le ve más grande – dijo ladeando el rostro para depositar un suave beso en sus labios – Ahora deja que termine de maquillarme para poder irnos – la miró por el espejo hacerle un puchero – Quita es cara de berrinche, no nos vamos a quedar aquí, menos cuando no me resultó fácil conseguir esa reservación para esta fecha, así que aunque sea me voy yo sola – dijo bromeando – Tú lo que quieres es meterme en ese sauna y hacerme quien sabe que cosas.

Juliana sabía que Val conocía sus sucias intenciones, le bastaba con verle sus ojos y esa sonrisa lujuriosa para adivinar qué era lo que realmente quería.

- Debes admitir que es una idea muy buena – dijo Juls besándole el lóbulo de la oreja – Dime que no deseas lo mismo.

- Cla-claro que lo deseo y mucho, eso no tengo ni que decírtelo, pero también deseo que aprovechemos nuestros días aquí, hoy es nuestro primer San Valentín y tenemos que celebrarlo – respondió separándose de los brazos de la morena para terminar de acomodar su cabello, también aprovechó para darse un último vistazo en el espejo - ¡Estoy lista!