Capítulo 12.

253 24 1
                                    

Habían pasado casi 6 meses desde que se fue con su padre. Progresó bastante en ese tiempo, ahora podía controlar completamente su fruta del diablo, presentía que en 1 o 2 años más sería capaz de despertarla. Su Haki de Observación y Haki de Armadura estaban completamente desarrollados y ya controlaba un 60% de su Haki del Conquistador.

Su Roku-shiki avanzaba muy bien, ahora podía dominar Soru, Geppo, Tekkai y Shigan. Por no hablar de su condición física, que estaba a la máxima capacidad.

Pero a pesar de su avance, había llegado el momento de hacer una pausa. Ahora mismo se dirigía a una isla en específico del Esth Blue. Hace una semana se separó de su padre y los demás. Por supuesto podría haber ido con ellos pero esto era algo que debía hacer solo.

Llegó al puerto de la isla y al momento de bajar se aseguró de hechar un vistazo. Era un buen sitio para ocultarse. Un lugar no demasiado obvio ni demasiado remoto, con una población pequeña y tranquila que no se metía en asuntos que no le incumbían.

Sin más distracciones comenzó a caminar mientras activaba su Haki de Observación. Sintió varias presencias pero dos de ellas destacaban, una demasiado fuerte, aunque se notaba que estaba reprimiendo su fuerza, y la otra demasiado débil y que al parecer no duraría mucho más.

Apresuró el paso en la dirección de la que ambas provenían mientras evitaba llamar la atención. Al acercarse a la humilde casa se encontró por primera vez en esa vida con uno de los pocos marines de alto rango que tenían su respeto, El héroe de la Marina, Monkey D. Garp.

Se miraron brevemente antes de que el mayor le hiciera señas para que entrara. Ahora no era momento de hablar pero luego tendrían unas palabras, ambos lo sabían. Ingresó a la vivienda y fue directamente a la habitación. La vió enseguida. Después de un año no cambió físicamente pero su mirada estaba más agotada, casi sin vida. Adael estaba seguro de que si no fuera por su embarazo, ella abría seguido a Roger hace mucho tiempo.

La mujer, quien hasta ese momento intentaba calmar al sollozante bebé, levantó la mirada cuando escuchó la puerta abrirse. Inmediatamente sonrió y en sus ojos vacíos se pudo ver un pequeño atisbo de quien fue antes.

_ Adael, pero mírate que grande éstas -dijo mientras estiraba una mano para acercarlo a la cama.

_ Hola Rouge, te extrañé mucho -respondió, mientras tomaba la mano ofrecida y le permitía acercarlo.

Entonces ocurrió algo extraño. El pequeño recién nacido, que hasta ese momento estaba inconsolable, repentinamente dejó de llorar, abrió los ojos y en el momento en que divisó a Adael comenzó a estirar sus pequeñas manitas en su dirección.

_ Al parecer quiere que lo levantes -dijo una sonriente Rouge mientras le pasaba el preciado bulto.

_ Q-qué?. Madrina N-ni se te ocurra. Es d-demasiado pequeño y p-puedo hacerle d-daño -a pesar de que su boca formulaba protestas incoherentes sus brazos ya se estiraban para recibir y poner de forma segura contra su pecho al pequeño, el cual al ver cumplido su deseo comenzó a soltar pequeñas risitas felices.

_ Cómo se llama? -preguntó sin quitarle la vista de encima al pequeño el cual al parecer le gustaban bastante sus ojos.

_ Se llama Ace, Portgas D. Ace.

_ Con que Ace, eh? Pues espero sinceramente que te parezcas más a tu madre que al retrasado de mi padrino -le dijo al niño recibiendo por única respuesta otra tanda de risas de bebé con las que terminó contagiándose.

Sacrificando mi futuro, cambiaré su pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora