Capítulo 17.

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La tripulación del Contraalmirante, Bellator D. Adael, había partido hace 3 días al lugar donde marines y piratas no se atrevían a entrar a la ligera. Florian Triangle era uno de los sitios más misteriosos del Grand Line, lo cual es mucho decir.

Cubierto siempre por una espesa niebla, era prácticamente imposible ver hacia dónde te dirigías. En cualquier momento estabas en riesgo de chocar con rocas, arrecifes e incluso restos de barcos. Además de los numerosos rumores y leyendas que hablaban acerca de almas atormentadas, monstruos marinos y todo tipo de seres que esperaban en las tinieblas para llevarse a cualquier tonto que pasara por allí. En un futuro no muy lejano también se haría conocido por tener una isla repleta de zombies y ser la guarida del Shichibukai Gekko Moira. Sin dudas, no era un lugar en el que los débiles pudieran tener esperanzas de salir ilesos. Y si alguien era lo bastante valiente, o tonto, como para navegar sus aguas, lo haría en silencio y con gran cautela.

_ Vamos, vamos, vamos...SÍ. MUCHACHOS PREPAREN OTRO SACO!! -gritó Adael, con una gran sonrisa mientras manipulaba una gran esfera de agua en la que se veía flotar bastantes monedas, objetos de oro y piedras preciosas.

_ A LA ORDEN, BELLATOR-SAN! -respondió la tripulación con igual alegría mientras se apresuraban a cumplir lo ordenado.

A menos que por supuesto, fueran ellos.

Llevaban dos días dando vueltas por Florian Triangle y francamente, más que asustados, parecían turistas de vacaciones.. Incluso se tomaron fotografías con los Den Den Muchis.

No es que fueran estúpidos por no preocuparse de dónde se encontraban, sino que simplemente no tenían motivos para hacerlo. Adael era reconocido como uno de los más fuertes en la marina, tan joven y ostentando el cuarto rango más alto, siendo solo superado por Vicealmirante, Almirante y Comandante General, su nombre era bastante conocido. En cuanto a sus hombres, también estaban confiados.

Una de las primeras cosas que hizo el Contraalmirante Adael cuando lo pusieron a cargo, fue entrenarlos. Era necesario tener un físico excelente, que aprendieran tácticas de supervivencia para todo tipo de ambiente y las bases de los Hakis de Observación y Armadura. Al principio fue difícil pero hoy podían presumir de ser considerados la tripulación más fuerte en la marina.

Era bien sabido que en un barco marine los únicos que tenían buenas habilidades eran los capitanes y si tenían suerte, uno o dos oficiales, el resto era simplemente carne de cañón. No porque fueran malos o carecieran de talento, sino que simplemente nadie consideraba que fuera necesario enseñarles más allá, o pensaban que sería una pérdida de tiempo.

Es por eso que admiraban tanto al Contraalmirante. Desde el primer momento se tomó la molestia de entrenarlos personalmente, responder sus dudas y guiarlos pacientemente, no importa cuantas veces se equivocaran. Incluso se aprendió sus nombres y les permitió llamarlo Bellator-san, en vez de insistir en un trato más formal.

El Comodoro Donquixote Rocinante y las recientemente ascendidas a Capitán, Jaula Negra Hina y Bellemere la Berserker hicieron lo mismo con sus propios hombres, obteniendo mucha fama, pero todos sabían que si buscabas a los mejores o querías convertirte en uno de ellos, entonces tenían que mirar al Contraalmirante Bellator.

Los miembros de su tripulación sabían de su fama y estaban muy orgullosos, pero nunca aceptarían abandonar a Adael. Varios otros Contraalmirantes e incluso algunos cargos superiores les ofrecieron ser parte de sus propias tripulaciones prometiéndoles todo tipo de recompensas pero nunca aceptaron. Su lealtad siempre sería dirigida a una única persona.

Adael era consciente de estos sentimientos y se los devolvía cuidándolos y enseñándoles lo mejor que podía. Además esta lealtad no se limitaba solamente a sus marinos, sino también a sus familias. Casi siempre cuando alguno de ellos recibía un correo de sus esposas o parientes, había un paquete extra destinado a él con una nota de agradecimiento por cuidar tan bien de sus esposos o familiares.

Sacrificando mi futuro, cambiaré su pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora