Robin, a sus 10 años, no había tenido una vida fácil. Perdió a su madre con apenas 7 años y sintió que su mundo entero se desmoronaba. Su única familia se le fue arrebatada para siempre y se encontró sola en medio de un mundo hostil. Después conoció al profesor y los demás y creyó que finalmente ya no tendría que sufrir más, pero nuevamente el mundo le demostró su error de la peor manera, cuando al cumplir ya los 8 su nuevo hogar fue completamente arrasado y las personas que consideró sus amigos, asesinados. Entonces, no solo estaba sola otra vez, sino que también tenía una recompensa bastante alta por su cabeza.
Llevaba 2 años completos huyendo tanto de marines, como piratas. Algunas personas intentaban ayudarla hasta que la reconocían y entonces o la corrían o querían tenderle una trampa. Terminó haciendo todo tipo de trabajos de espionaje, su fruta era bastante apta para esto, ganando apenas lo necesario para sobrevivir.
Lo mejor hubiera sido entregarse directamente, después de todo no tenía nadie que la extrañara, pero aún tenía su sueño. Un sueño que compartió con los demás de Ohara y que tras su destrucción, lejos de olvidarlo, lo sintió incluso con más fuerza. Descifraría la historia del mundo y expondría los crímenes del Gobierno Mundial. En nombre de su madre y los demás que había perdido.
Además muy pronto conocería a alguien. Hace unos años tuvo un sentimiento muy fuerte de protección, aunque lo asoció con su madre. Pero unos pocos días antes, su madre y el profesor la visitaron en sus sueños. Le dijeron que pronto, muy pronto, alguien vendría a salvarla, que la protegería y la cuidaría, que nunca la dejaría sola. Creyó que fue un sueño pero a la mañana siguiente vió la pulsera de su madre en su muñeca izquierda, donde antes no tenía nada. Así que contra su mejor juicio se ha quedado en esa isla del North Blue durante una semana. Tal vez la esperanza que le trajo ese sueño no era real, pero era todo lo que le quedaba. Solo esperaba que se dieran prisa.
Levantó la cabeza cuando una sombra la cubrió en el rincón del callejón donde estaba sentada. Vió a un hombre al que se notaba, no le importaba mucho su higiene.
_ Bueno, bueno. Mira quién está aquí? La famosa niña demonio. No teníamos un premio así desde el pequeño bastardo peliblanco de hace años -dijo con malicia mientras estiraba su mano.
Robin se puso de pie de un salto, sacó la pequeña navaja que consiguió hace un año y siempre llevaba consigo, y lo apuñaló en la extremidad antes de que la tocara. Cuando sintió su grito, no perdió tiempo e intento correr, lo último que sintió fue una punzada en el cuello antes de que todo se volviera negro.
_ MALDITA PERRA!! NADA MÁS QUE SE DESPIERTE ME ASEGURARÉ DE QUITARLE TODA ESA VALENTÍA -gritó mirando con ojos furiosos a la niña inconsciente en los brazos de su compañero.
_ Cállate! Es que quieres que nos oigan? En el motel ya te pondrás un vendaje o yo que sé. Ahora vámonos. El comprador llegará por la tarde -dijo el otro mientras arrastraba sin cuidado alguno a la pequeña en dirección del hotel.
.....
Robin abrió los ojos. Lo primero que sintió fue dolor, no era insoportable pero sin duda tendría moretones. Escaneó el lugar donde se encontraba, parecía una de las habitaciones de esos hoteles baratos y de mala muerte. Intentó levantarse pero se encontraba demasiado débil. No sabía qué le pasaba. Nunca antes se sintió así, solo cuando su madre le enseñó sobre su fruta del diablo y le dijo que sostuviera un pequeño trozo de piedra marina...Piedra marina.
No, por favor no. Tanteó su cuello y sintió un trozo frío de metal que lo rodeaba y la encadenaba a la pared.
"No"
_ Veo que ya te diste cuenta, pequeña perra.
Robin levantó la mirada. Eran dos personas. Uno fue el que había apuñalado y el otro, supuso que fue el que la dejó inconsciente. Quiso gritar, pero el primero le puso un sucio trapo en la boca para callarla. Los ojos de la niña revelaban desprecio.. pero sobre todo miedo, mucho miedo.
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Sacrificando mi futuro, cambiaré su pasado.
FanfictionSabía del lado oscuro de la Marina. Lo supo desde hace mucho tiempo, pero de algún modo esperaba poder cambiarlo. Volverse lo suficientemente fuerte para transformar ese sistema corrupto en algo de lo que enorgullecerse. Entonces, cuando ese chico p...