Capítulo 11.

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Tres semanas. Habían pasado tres semanas desde la muerte de Roger. El mundo prácticamente estaba sumido en el caos con numerosas tripulaciones nuevas aventurándose en el mar en busca de encontrar el ONE PIECE y con él, obtener el título de Rey de los Piratas.

Todos los días salían nuevos periódicos con noticias de última hora. Qué tripulación había causado estragos en qué isla. Novedades sobre los Yonkos o marines más famosos.

Adael no podía estar menos interesado en esto. Llevaba casi un mes de duelo y sabía que ya era tiempo de que terminara. En ese tiempo la tripulación de su padrino se había disuelto, por seguridad propia. Rayleigh y Crocus partieron una semana antes, luego de asegurarles en repetidas ocasiones que estaría bien.

Buggy y Shanks se negaron a separarse de él e incluso durmieron en su cama. Perdió la cuenta de las veces que se despertó a media noche a causa de los sollozos ahogados de ambos adolescentes y el tiempo que estuvo consolándolos hasta que quedaron dormidos por puro agotamiento. No le molestaba. Puede que su cuerpo actual fuera menor que ellos pero mentalmente tenía más de 30 años. Era algo natural para él cuidar de los más "jóvenes".

Pero no podía continuar así y es por eso que ahora se encontraban los tres sentados en el bar. Junto con Shirohige, sus comandantes y El rey Oscuro.

Su padre había llegado tres días antes junto con Rayleigh. El primero fue para apoyar a Adael y el segundo por petición del muchacho. El hombre sería el encargado del entrenamiento de los dos mayores hasta que estuvieran listos para enfrentarse al mundo por su cuenta.

_ Ya es el momento -dijo Adael.

Los otros bajaron las miradas. No necesitaban una explicación, entendían lo que quería decir. Sabían que había llegado el momento de despedirse, la marina aún buscaba a la antigua tripulación del Oro Jackson y era solo cuestión de tiempo que recibieran noticias de los dos chicos que viajaban a bordo.

Pero no toleraban la idea de separarse. En este tiempo se volvieron incluso más unidos de lo que ya estaban, no solo entre ellos sino también con el menor. Cómo podían considerar el irse?

Adael estaba consiente de sus pensamientos. Sinceramente él tampoco quería que se fueran pero era necesario. Para que se volvieran más fuertes y que cada uno alcanzara su máximo potencial, debían separarse.

_ Yo tampoco quiero alejarme de ustedes pero debemos ser fuertes, no podemos vivir siempre de esta forma. Es momentos de que nos busquemos nuestro lugar en el mundo, de hacernos nuestro propio nombre, sino por nosotros mismos entonces por él. Podemos llorar porque se ha ido o reír porque ha vivido. Podemos cerrar los ojos y rezar para que vuelva, o abrirlos y ver todo lo que ha dejado. Nuestro corazón puede estar vacío porque no lo podemos ver o puede estar lleno de los momentos que compartimos. Podemos llorar, cerrar nuestra mente, sentir el vacío y dar la espalda o hacer lo que a él le gustaría: Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Buggy y Shanks abrieron los ojos como platos. Era cierto, su capitán los golpearía si supiera que estuvieron a punto de derrumbarse. Adael tenía razón, debían seguir mientras recordaban todas las enseñanzas que éste les dejó. Se secaron las lágrimas mientras la determinación aparecía en sus miradas. Se volverían fuertes. Llegarían a la cima y le demostrarían al mundo que Gol D. Roger aún estaba presente, a través de ellos tres y del hijo que dejó.

Detrás de ellos los demás intercambiaron miradas. Estaban orgullosos de su hijo/sobrino/hermano. Podían ver que aún sufría pero no se quedaba estancado sino que sacaba fortaleza del dolor para seguir adelante.

Adael vió el cambio en la mirada de sus primeros hermanos mayores en esta vida. Estaba seguro de que se volverían incluso más grandes de lo que fueron en otra ocasión. Los abrazó mientras les dedicaba unas últimas palabras.

Sacrificando mi futuro, cambiaré su pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora