Capítulo 4

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—Señorita Luthor, su madre la espera en su oficina— Lena suspiró apenas oírla.

—Gracias, por avisarme.

A penas despertar sospechó que su madre estaría en su oficina a temprana hora en la mañana. Luego de la cena de anoche y los reporteros, era obvio que debía tener alguna noticia. Y como le había dicho su secretaria, allí estaba Lillian. Su presencia solo hacía referencia a una cosa, Kara Danvers. Ese era el tema principal para Lillian Luthor en ese momento.

—Buenos días, creí que llegarías más temprano. Llevo esperando por ti casi una hora.

—Lamento haberte hecho esperar, madre— Lena dejó su bolso sobre la mesa y tomó asiento en el gran sofá de cuero blanco.

—Sé que intentaste deshacerte de Kara anoche— Lena no pudo evitar sonreír por el comentario.

—Me parece o los empleados se han vuelto muy chismosos — se cruzó de piernas luego de contestar.

—Sabía qué harías algo parecido, así que quise ser precavida. Tantas experiencias te llevan a ser meticuloso cuando se requiere. Mientras aún esté en las instalaciones de la compañía me encargaré de que no te salgas con la tuya, al menos no esta vez.

—¿Por una vez en tu vida podrías dejarme en paz? ¿Por qué tanto interés en verme casada?

—Quiero lo mejor para ti, Lena.

—Es muy tarde para mostrar interés hacia mi persona. Ya no soy una maldita niña. Soy lo suficientemente madura como para decidir por mí y lo que haré con mi vida.

—Mientras yo viva, no habrá nada que impida que te cases con Kara. Aunque aborrezcas la decisión, ese matrimonio no se anulará.

—Quiero saber la razón. Dudo mucho que solo quieras ayudar a un amigo. ¿Acaso estás interesada en Jeremiah?

—No digas estupideces.

—¿Entonces?

—Busco que los periodistas de la ciudad se centren en una noticia diferente. Lex siempre ha estado manchando el nombre de la familia. A tu padre le costó toda su vida crear un imperio tan grande como este y la avaricia y el poder llevaron a tu hermano hasta lo más profundo. Sabes que siempre hemos sido el centro de atención y la más mínima equivocación que hagamos, terminaremos siendo la novedad de cada noticia o reportaje de Ciudad Nacional— Lillian no mentía, era una de las razones por el cual le importaba tanto ese matrimonio y de una vez aprovecharía de la ayuda de Kara.

—Siempre te ha importado la imagen, ¿cierto?

—A todos nos importa y tú, deberías preocuparte también, ya que eres la directora. Somos una familia importante en la ciudad y nuestra imagen da mucho de qué hablar.

—¿Y crees que un matrimonio arreglado les hará olvidarse de Lex? Por Dios, madre. Ellos no se comerán ese cuento. Eso es bastante cliché, ya es un tema gastado.

—Tal vez no se olviden de Lex por completo, pero tendrán otro tema de que hablar. Y por lo que he leído, ya comenzaron a morder el anzuelo. No busco arruinarte la vida, Lena, sino lo contrario.

Lillian antes de salir de la oficina dejó el periódico que traía con ella sobre la mesa para que Lena pudiera leerlo. En cuanto quedó sola, Lena se estiró hasta alcanzarlo. En primera plana había una foto de ella y Kara que titulaba, "La menor de los Luthor ha vuelto y al parecer con nuevo amor".

Ya los medios habían comenzado a sacar sus propias conclusiones acerca de la supuesta relación entre ella y la rubia Danvers, y no se cansarían de conseguir más información acerca de ambas. Lena buscó en su bolso su teléfono para luego marcar el número de Sam. Necesitaba hablar con alguien.

Llamada

S: ¿Bueno? contestaron al otro lado del altavoz.

L: ¿Estás ocupada?

S: No, iba de camino a comprarme un café. ¿Sucede algo?

L: Bien, necesito que estés aquí cuanto antes.

S: ¿Puedes decirme que sucede? Solo haces que me preocupe.

L: Te contaré cuando llegues.

S: Está bien. ¿Quieres algo? ¿Lo mismo de siempre?

L: Sí, por favor.

S: Vale, llegaré en quince minutos.

L: Te espero dijo antes de finalizar la llamada.

Sam, además de ser su abogada, era su amiga y en la única persona que podía confiar. Se levantó del sillón, no antes de darle un último vistazo al periódico que aún seguía en sus manos. Dejó su teléfono sobre el escritorio junto con el periódico y tomó asiento cerrando sus ojos con fuerza. No le gustaba lo que estaba pasando. Cada día que pasaba era algo diferente y perjudicial para su plan y su madre se lo estaba complicando. Cuando decidió encender la computadora para comenzar a trabajar, Sam entró a la oficina.

—Perdón por tardar, juro que conduje lo más rápido que pude.

—Está bien.

—Aquí tienes tu café. Ahora, ¿de qué querías hablar? — dijo la morena antes de sentarse.

—No sé qué hacer.

—¿A qué te refieres con eso? Solo ve al grano— Lena dejó caer el periódico delante de Sam.

—¿Qué es est...? Oh. Entonces, es por esto que me llamaste.

—Mi madre solo quiere que me case para mejorar su imagen. Ahora debo reparar los daños que Lex dejó.

—Bueno, no le veo nada de malo a eso. Digo, ahora eres la encargada de la compañía. Así que no solo estarán hablando de tu hermano y tu madre, sino también de ti.

—Necesito de tus consejos, Sam. No que te pongas de parte de mi madre.

—Lena, no apoyo a tu madre. Sabes que siempre voy a estar de tu lado. Pero deberías verlo desde otra perspectiva. Deberías sacarle provecho a la señorita Danvers.

—¿Qué podría obtener de ella? — Lena se levantó de su asiento desconcertada.

—Muy poca gente sabe que llegaste a la ciudad y que comenzarás a dirigir la compañía. Esto te dará notoriedad— dijo señalando la imagen de ella y Kara sobre la publicación de papel.

—No necesito que me noten— contestó a la defensiva.

—Lamento decir esto, pero debe ser así y más cuando cargas con una empresa como L-Corp.

—No debí haberte llamado, solo lo estás empeorando.

—Por más que lo pienses y niegues, sabes que tengo razón. Esa es mi opinión, esto queda en tus manos. Lo que decidas hacer te voy a apoyar.

—No quiero involucrarme con esa mujer.

—Lena, no tienes que enamorarte de ella para hacer esto. Solo basta con que las vean en público un par de veces.

—Si acepto, con el tiempo se darán cuenta de que todo es falso.

—Tú deberías hacer que eso no pase. Cat Grant ya no está en Catco, lo que te da una ventaja.

—¿En serio? ¿Ella ya no dirige Catco?

—Vendió todo y se fue de la ciudad.

—Y entonces, ¿quién se hace cargo?

—Ya la conoces, Andrea Rojas. Cuando quieras solo debes hablar con ella y hacer que te haga una entrevista.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora