Capítulo 33

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—Abran la celda— ordenó el hombre.

Lena siguió al guardia de cerca hasta que la dejó sola en la sala de visitas. Esperó unos segundos hasta que vio a Lex entrar acompañado de dos guardias. Era una sala privada. Solo estarían ella y Lex, los guardias estarían afuera esperando, ya que eran órdenes superiores.

—Gracias, señoritas. ¿No me las quitarán? No es como si fuera a hacer algo— Lex Luthor alzó sus brazos mostrando las esposas alrededor de sus muñecas. Los guardias le dieron una última mirada antes de salir por la puerta, ignorándolo por completo.

—Que groseros. A nadie se le debería tratar como un animal— el mayor de los Luthor tomó asiento delante de su hermana, mirándola unos segundos antes de hablar. —Lena, que sorpresa verte aquí.

—Hola, Lex.

—¿Qué haces aquí? ¿Quieres algún consejo profesional? ¿Algo en que te pueda ayudar?

—Lo menos que quiero de ti son consejos, sé que no me servirán para nada.

—Entonces, ¿qué es lo que quieres? Aah, ya sé... mamá te envió para saber de mí. Dile que no se preocupe, los muchachos me tratan bien. Aquí dentro soy como una... celebridad.

—Hasta donde sé Lillian no quiere saber nada de ti. Así que no estoy aquí por ella.

—Ya veo. Me he enterado de que intenta convertirte en mi reemplazo. Aquí entre los dos, sabemos que eso no pasará. Por más que lo intentes, no sabrás llevar un apellido tan grande como lo es el apellido Luthor. Tú no das la talla, no lo has hecho y nunca lo harás.

—¿Y tú sí sabes?

—Por supuesto, tú solo eres una niña que recién está aprendiendo lo que son los negocios. No podrás con tantos hombres poniendo presión sobre ti. Ya sabes, solo por ser mujer y esas cosas...

—Créeme, me va excelente y puedo con cualquier hombre que se presente en mi camino. Mi trabajo puede hablar por mí.

—Si bueno, si has logrado cerrar tratos te digo desde ya que no es por tu inteligencia o algo parecido, hermanita. Los hombres de hoy... buscan otras cosas, sabes a lo que me refiero— Lena conocía las técnicas de Lex, estaba intentando molestarla hasta desconcentrarla de la razón por la que estaba ahí. La pelinegra le sonrió a su hermano, demostrándole que no estaba abatida por sus comentarios.

—Sea por la razón que sea, sé cuándo cerrar un buen trato, a diferencia de ti que ni siquiera pudiste cerrar un sencillo acuerdo por estar tan centrado en matar a Superman.

—Entonces vienes por eso. ¿Qué? ¿Los guardias te mandaron a interrogarme? No conseguirás nada.

—Tan inteligente y superior dices ser que tuviste que recurrir a tu hermana para limpiar tus desastres.

—Por favor. Nunca le pediría ayuda a alguien tan inferior a mí. Ni siquiera por error.

—Bueno, eso no dicen los documentos que firmaste por mí. Ya sabes los cuales falsificaste mi firma y le hiciste llegar a los guardias que llevan tu caso. Donde me hiciste ver como tu cómplice.

—No sé de qué hablas.

—Oh, vamos. ¿Ahora no admitirás que al final necesitaste de alguien inferior a ti? Pobrecito, si pensaste que me arrastrarías contigo estás muy equivocado, hermanito— Lena le estaba dando a Lex de su propia medicina. Lo estaba llevando al límite para que confesara.

—¿Hacerme tu cómplice? Por favor. Hasta yo podría matar a Superman y créeme que yo sí lo lograría, no como tú que solo fue... un intento. Lo cual te hace un chiste para la familia— Lex dio un golpe en la mesa, el comentario de la pelinegra lo afectó. Él odiaba que Lena fuera mejor que él y esa era la verdad que nunca admitiría. Lena le ganaba en muchos aspectos. —Y si lo hubiera hecho lo haría pasar como un accidente y sin dejar pruebas. No estaría como tú, detrás de las rejas.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora