Capítulo 25

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Cuando Mike se presentó en el taller, no dejaba de hablar de que Kara no debía estar con Lena. Que ella no sabría apreciarla como él lo haría. La rubia sabía que desde que envió el primer mensaje tenía algo que ver con eso y estaba lista para rechazarlo como antes lo había hecho, pero esta vez incluyó a su madre en la conversación. Rhea estaría dispuesta en utilizar a Jeremiah solo para su propio beneficio y fue eso lo que había hecho enojar a Kara.

Ambos se conocían desde pequeños, pero desde que Kara cumplió los 19 años Mike la ha visto más allá como una hermana. Al ser hijo único, Rhea haría todo lo posible por verlo feliz y su mayor felicidad era que Kara estuviera con él. A Rhea no le importaba pasar por encima de su amigo para complacer a su hijo.

Mike le dejó saber que su madre se encargaría de intervenir con los tratamientos de su padre e incluso amenazó con comprar la casa y dejarlos en la calle. Pero esas amenazas no asustaron a Kara y no accedería a nada de lo que él pidiera. Estaba dispuesta a arreglárselas para que se padre no sufriera por una simple negación. Apenas había vuelto a la casa cuando tocaron la puerta. La rubia suspiró, imaginando que lo más posible fuera Mike, otra vez.

—Lena, ¿qué haces aquí? — preguntó luego de que la pelinegra pasara sin invitación. —¿Qué sucede?

—¿No eres hija de Jeremiah? — su pregunta le tomó por sorpresa, no sabía cómo se había enterado.

—¿Quién te dijo eso? — Kara cerró la puerta y cuando se acercó a ella, Lena le extendió el mismo cartapacio que Morgan había dejado en su oficina horas atrás. La rubia lo tomó rápido y se apresuró a leer lo que decía.

Las únicas personas que sabían la verdad eran Jeremiah, Kara y la señora que cuidó de ella en el orfanato, pero ya había muerto. Su padre se había encargado de que no hubiera pruebas de que alguna vez estuvo en un orfanato e hizo todo lo que estuvo en sus manos para que pasara a ser su hija "biológica". Sería muy difícil conseguir esa información, aunque un examen de sangre mostrara lo contrario.

—¿Entonces es cierto?— confirmó la pelinegra luego de su silencio.

—Lena, déjame explicarte. Esto no...

Lo que Kara había leído era una clase de artículo, que solo se encargaba de hablar mal de ella. Sobre que era una interesada y de que estaba detrás de Jeremiah solo por dinero. Y que ahora estaba haciendo lo mismo con Lena, lo cual no era cierto.

—Sabía que había algo malo contigo desde principio. Sospeché, pero me dijeron que te diera la oportunidad. Creyeron al igual que yo que eras una gran persona. Pero también cayeron en tu mentira. ¡Solo eres una maldita aprovechada oportunista!

—Lena, cálmate. Es mejor si hablamos afuera y me dejas explicarte— Jeremiah estaba cerca de donde ellas estaban y Kara no quería que escuchara el escándalo que Lena estaba causando, pero cada vez que hablaba, subía más y más la voz.

—¡¿Explicarme qué?! ¿Que luego de gastarte todo el dinero de Jeremiah sentiste pena cuando enfermó y quisiste ayudarlo? Eso conmigo no va.

—¿Qué está sucediendo? — preguntó Jeremiah entrando a la sala, luego de casi haber escuchado todo. Lena le arrebató a Kara el papel de las manos y se lo mostró a Jeremiah.

—Señor Danvers, quiero que me explique por qué se dejó engañar por esta... mujer— señaló a la rubia como si fuera la peor persona del mundo. Jeremiah leyó con calma y dio una risa al terminar.

—Aquí solo veo una lectura amarillista, Lena. Solo está basado en información falsa y sumamente exagerada. No tienes por qué venir y pedirle alguna explicación a mi hija, luego de haber leído algo como esto. Si tienes alguna duda yo personalmente me encargaré de aclarar todo.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora