Capítulo 8

2.3K 259 20
                                    

A pesar de no querer hacer lo que la rubia le había dicho, al final terminó cediendo, dejando su orgullo de lado. Se puso la ropa de Kara y bajó a desayunar, aunque tomándose su tiempo porque la casa era demasiado grande.

—Ah, ahí estás. Pensé que te habías quedado en la cama. Ya iba a buscarte— Kara vio como llevaba su ropa puesta y no pudo evitar sonreír. —¿Ves que no fue tan difícil? Ven, sígueme.

—¿Aún Lillian no llega? — preguntó Lena antes de comenzar a seguir a Kara.

—No, ella debe estar apenas saliendo de su casa. Tendrás tiempo de comer, no tienes por qué preocuparte.

—Espero que no se te ocurra soltar la lengua y decir lo que sucedió.

—¿Te refieres a la parte en que te embriagaste o la parte en la que te quedaste a dormir?

—Ambas.

—No es como si a tu madre le fuera a importar eso.

—Ese es el problema, creerá que entre nosotras hay algo. Es por eso que quiero que no abras la boca.

—Sabemos muy bien que entre nosotras no hay nada. Y estoy más que segura que ni tu madre ni mi padre creerán que en tan poco tiempo hemos comenzado algo. Así que deja de decir tonterías.

—Tendrás que guardar silencio, si no, me veré obligada a...

—Lena, que gusto tenerte aquí— la pelinegra no alcanzó a terminar la oración porque Jeremiah había aparecido de la nada en la cocina.

—Señor...— Lena estaba tan centrada en conseguir que Kara no hablara y que su madre no se enterara de que se quedó a pasar la noche, que se olvidó por completo del padre de Kara.

—Casi ahora platicaba con tu madre de realizar una cena y que estuviéramos los cuatro presentes.

—¿En serio?

—Sí, aunque debes estar muy ocupada con la empresa, supongo que tienes muy poco tiempo como para poder asistir.

—A ella no le molesta sacar de su tiempo para cenar con nosotros, papá. ¿Verdad, Lena? — en algún punto de la conversación Kara se había posicionado al lado de Lena.

—Eeh... yo...— Lena miró a Kara y luego a Jeremiah, buscando una respuesta que no quería salir de su boca.

—Discúlpala, al parecer sigue cansada.

—Tranquila, no quise obligarte a decidir tan pronto. Primero debes consultar tu agenda para eso.

—¿Ya tomaste tus medicamentos? — Kara comenzó a servir un poco de café.

—Sí. A veces se vuelve algo desesperante— Jeremiah dijo esto último hacia Lena, refiriéndose a Kara.

—Escuché eso— respondió Kara tomando de la taza que se había servido. —¿Acaso estás esperando una invitación a sentarte? ¿No tienes hambre? Vamos, siéntate. No mordemos— Lena le dio una mirada seria a Kara antes de hacer caso. Para el primer bocado que le dio a la comida su estómago volvió a gruñir.

—Disculpen— Lena estaba muy avergonzada, no entendía como tantas cosas podían sucederle en solo unas horas.

—Tranquila, querida, es normal. Ya estoy acostumbrado a escuchar ese tipo de ruidos por las mañanas, cuando bajo por mi café. Esta chica tiene un apetito voraz— señaló a Kara.

—Aquí tienes, papá— Kara le extendió una taza de café y continuó con lo suyo como si no acabaran de hablar de ella.

—Gracias, hija. Veo que se han conocido mejor— Kara se ahogó con un sorbo de café y Lena comenzó a toser de manera exagerada.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora