Capítulo 29

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Lena no dejó de enviarle flores a Kara todos los días, junto a alguna nota cursi que a Kara le gustaba cada vez que leía. Pero Lena quería más. Lo único que quería era pasar tiempo con la rubia. ¿Quién iba a pensar que Lena se la pasaría casi toda la semana planeando algo que implicara estar con la rubia? Algo más allá que una cena al ojo del público, ya que le resultaba algo monótono. Había probado con todo tipo de actividades como: viajar, escaparse juntas a una montaña lejos de la ciudad, compartir un picnic, entre otras cosas, pero Kara le respondía con que estaba ocupada y no podía asistir.

Lena había descuidado un poco su trabajo solo por querer pasar tiempo con ella y aún seguía añadiendo cosas a la lista. Sabiendo que la mayoría de ellas no se llevarían a cabo, al menos no por el momento. Lillian había ido hasta su casa, ya que hacía varios días que Lena no se pasaba por la oficina y se preocupó.

—Lena— llamó cuando entró a la casa, no le extrañó que la puerta estuviera sin seguro. Llegó a la sala y se encontró con su hija hablando por teléfono, un tanto... emocionada. Cuando la pelinegra la vio, enseguida se despidió. No esperaba su visita y se vio algo comprometida por la conversación que tuvo y el desastre que había en la sala.

—Si... eh... gracias, llamaré luego. ¿Mamá, que haces aquí? — preguntó tirando el teléfono en el sillón y levantándose con prisa para comenzar a recoger todos los folletos que estaban sobre la mesa y otros regados por el piso.

—¿Qué es todo esto, Lena? — Lillian tomó uno de los tantos folletos que estaban tirados por la sala.

—¿Excursión para parejas? — preguntó espantada de tan solo pensar en que su hija estuviera con alguien más que no fuera Kara.

—¿Estás saliendo con alguien y no me has dicho? ¿Desde cuándo? Sabes cuánto perjudica tu relación...

—No, mamá... yo... No estoy saliendo con nadie. No te precipites.

—Entonces explícame porque quieres unirte a una excursión para parejas cuando no sales con nadie— Lillian levantó el folleto hacia Lena y esta se lo arrebató.

—Es que Kara y yo...

—¿Son novias? — el humor de pronto cambió en la mujer, la emoción la invadió por completo.

—No... Kara y yo estamos...

—¿Conociéndose más? ¿Están saliendo de verdad?

—No. Solo... déjame terminar. Kara y yo estamos... pensando en incluir algo más que una simple cena, para que toda esta historia sea... creíble. Algo que las dos podamos disfrutar y que no sea... por obligación.

—Oh... que decepción. Por un momento creí que estaban juntas. Admito que me hubiera gustado oírlo, pero bueno, de los sueños se vive, ¿no?

—¿Qué haces aquí, mamá? — preguntó Lena luego de haber recogido todos los folletos que estuvieron a punto de delatarla. Solo fue suerte que pudo arreglárselas para que Lillian no sospechara.

—Me preocupé por ti, tu secretaria me dijo que no has estado en la oficina desde hace días. Y pensé que era posible que esos detectives te hubieran arrestado de nuevo y que no tuvieras derecho a una llamada.

—Estoy bien. Solo me estoy ocupando de otras cosas y por el momento no se han contactado conmigo, así que podemos suponer que todo está bien.

—Sí, por lo que veo... Es un alivio saber que estás fuera de la oficina, distraída con otras cosas que merecen importancia.

—¿No me vas a regañar por no estar trabajando?

—Por supuesto que no, me agrada que no estés trabajando hasta tarde en la noche y que hayas tomado ese tiempo para planear algo que Kara y tú puedan disfrutar.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora