Capítulo 36

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Lillian había jalado a Lena para hablar con ella a solas. Cuando estuvo en casa de Lena la última vez, iba con un propósito, pero se envolvió en otra cosa y se le olvidó. Y como ya sabía que las chicas estaban juntas, era momento de hablarlo lo antes posible.

—¿Qué sucede, mamá?

—No sé si te hayas dado cuenta, que lo más seguro es que no, ya que pasas muy poco tiempo en tu casa. La semana pasada fui para hablar contigo y dejé mi anillo en la sala. ¿Alcanzaste a verlo?

—¿Tu anillo? ¿Fuiste tú?

—Entonces, ¿si lo viste?

—Bueno, yo... exactamente fue Kara la que lo encontró— Lillian apenas escuchar el nombre de la rubia le dio un golpe a Lena.

—Pero ¿y eso por qué? — dijo la pelinegra.

—¿Cómo que Kara lo encontró? Se supone que no lo hiciera, debías guardarlo para que le propusieras matrimonio y se casaran. No has cambiado en nada, sigues cambiándome los planes, Lena Kieran.

—Que iba a saber yo que dejaste tu sortija en mi casa. Si me hubieras dicho con anticipación quizás la hubiera guardado— la pelinegra guardó silencio por unos segundos antes de continuar.

—Igual ya se lo propuse... aunque no es oficial, pero dijo que sí— Lena alzó sus brazos en forma de protección pensando que Lillian volvería a golpearla, pero solo se acercó para abrazarla.

—Estoy tan orgullosa de ti. Con el tiempo sabrás que ha sido una de las mejores decisiones que has tomado en tu vida.

—¿Qué hacen aquí? — preguntó Kara, había pasado por el pequeño cuarto de limpieza en donde se habían metido para hablar y las vio.

—Solo regañaba a Lena, querida. ¿Tu padre ya está listo? — Lillian salió del cuarto y se dirigió hacia la sala.

—Sí...— Kara respondió a medias. —¿Qué hiciste esta vez, si se puede saber?

—Nada malo— Lena salió y tomó a Kara de la mano para salir de la casa. Ya habían preparado las cosas para unos días en la casa de campo. La rubia se acercó al auto de su padre, pero Lillian se le había adelantado.

—Pueden irse juntas, nosotros nos adelantaremos, chicas. Ustedes pueden tomarse su tiempo. Nos vemos allá— dijo Lillian arrancando el auto.

—¿Quieres hacer algo en específico antes de irnos? — preguntó Lena abriendo la cajuela de su auto.

—¿Tienes algo en mente?

—No, pero... quiero complacerte. Ya que estamos comprometidas no oficialmente, pero estamos juntas que es lo que importa. Ya mi madre lo sabe.

—Sí, alcance a escuchar todo de lo que hablaron, me disculpo por eso...

—Vaya, que discreta.

—Lillian no es muy buena susurrando.

—Tienes razón. Iré al baño antes de irnos— Lena besó la mejilla de Kara antes de correr hacia la casa.

—No te tardes— Kara le dio una nalgada a Lena y las dos rieron.

La pelinegra subió hasta la habitación de Kara para usar el baño, ya que Nia estaba limpiando el de abajo. Entró e hizo sus necesidades, al salir del cuarto vio a Brainy meterse en una de las habitaciones. Lo hubiera ignorado de no ser por cómo estaba actuando.

Lo siguió y cuando abrió la puerta se encontró con una situación comprometedora. Brainy y Nia estaban en plan de acción. Ninguno de los dos se dio cuenta de que Lena los había visto. Así que la pelinegra prefirió salir en silencio y dejarlos en paz. Con sus mejillas sonrojadas, bajó y se subió al auto sin decir nada.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora