Capítulo 1

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POV Kara

El bullicio del taller se mezclaba con el rugido de los motores y el chasquido de herramientas. Me movía con precisión entre las estaciones, supervisando y asistiendo donde más se necesitaba. Este es mi elemento. Me encanta mi trabajo. Los mecánicos se movían rápidamente a sus puestos, listos para cumplir con las órdenes.

—¡Estamos atrasados con la estación cinco! — grité, tratando de mantener el ritmo frenético.

—¡Un auto en la estación tres necesita un cambio de aceite! — añadí, mi voz firme y decidida.

—¡Yo me encargo! — respondían mientras se apresuraban a sus estaciones.

Me estaba haciendo cargo de uno de los autos en la estación uno, que sufría de un problema de gases. Todo estaba en el tubo de escape, solo debía revisar el sistema desde el colector hasta el final. Cuando terminara pasaría a la estación cinco para ver si todo iba bien.

Hasta ahora era el auto con más problemas. Una de las válvulas de suspensión estaba bloqueada, había que cambiar las bujías del motor ya que estaban gastadas, necesitaba un chequeo de frenos, luces y tenía fallas en el alternador. No sé cómo pudo llegar aquí sin una grúa. A diario se reparan más de 20 autos y no cierro el taller hasta que mi último cliente quede satisfecho.

—Señorita Danvers— dijo alguien con tono formal. Solo había una persona que me llamaba así, solo por cordialidad.

—Winn— era el mayordomo de mi padre y era raro verlo aquí.

—¿Qué haces aquí? ¿Mi padre está bien? — pregunté mientras limpiaba mis manos que recién me había engrasado.

—Sí, su padre se encuentra bien. De hecho, estoy aquí por él, me mandó a buscarla. Necesita consultar algo con usted.

—De acuerdo. Dame un minuto, ahora vuelvo.

Mientras caminaba hacia mi oficina me iba desabotonando la parte delantera de mi overol. En el camino me encontré a Maggie y le hice señas para que me siguiera. Era en la que más podía confiar para dejarla a cargo de todo mientras yo no estaba. Dejé el overol sobre una de las sillas, me acerqué al escritorio para sacar los papeles de los autos que faltaban por revisar hoy y busqué las llaves para dárselas también. Luego de que todo estuviera listo y claro, podía irme. Por otro lado, de camino a la casa, Winn no me dio ningún detalle o pista del porqué mi padre necesitaba verme, así que debía ir y averiguarlo por mí misma.

—Buenas tardes, ¿le preparó la cena, señorita Kara?

—Oh, no. Gracias, Nia. Estoy bien.

—Como usted guste.

Normalmente solía llegar por la noche a la casa, pero con esto de que mi padre esté enfermo, pues tuve que hacer algunos ajustes para llegar más temprano. Caminé hasta el estudio, Winn había dicho que mi padre me estaba esperando ahí. Al entrar, lo vi frente al gran ventanal mirando hacia el jardín. Ya era incluso normal encontrarlo así. Hasta casi en la misma posición.

—Papá— lo llamé mientras cerraba la puerta.

—Kara— me acerqué para abrazarlo y dejar un beso en su cabeza.

—¿Cuánto llevas aquí? — pregunté antes de sentarme.

—No lo sé, tal vez desde que te fuiste esta mañana. El tiempo pasó muy rápido, me distraje leyendo— señaló la estantería de libros detrás de mí.

—Sabes que el doctor quiere que descanses— siempre se lo recordaba, pero su comportamiento era tal cual, de un niño. Era necio.

—Estoy bien. No debo seguir las órdenes al pie de la letra.

—Él es el profesional, papá.

—No es malo leer un poco, ¿o sí?

—No, no lo es. Winn me contó que querías verme para hablar de algo. ¿Qué sucede? — él me dio la espalda y siguió viendo hacia afuera.

—¿Recuerdas cuando eras una niña y te me escapabas porque no querías bañarte, y corrías por todo el jardín ensuciándote más?

—Sí, fueron lindos momentos, pero sé cuándo empiezas a evadir un tema— lo escuché suspirar. Alcanzó su bastón que se encontraba recostado de la pared desde que llegué y se acercó al escritorio.

—Hija, tuve que hipotecar la casa.

—¿Qué? — esperaba cualquier cosa, pero no eso. ¿Cómo que hipotecó la casa?

—No tengo dinero para cubrir los gastos de los tratamientos, y las deudas se siguen acumulando.

—¿Hace cuanto lo hiciste? — pregunté, referente a la hipoteca.

—Hoy... se cumple un mes.

—Pero ¿por qué no me lo dijiste, papá?

—No quería preocuparte, Kara. No quería hacerlo y no tuve de otra más que recurrir a una amiga para que me ayude con esto. Lillian y yo hablamos, y está dispuesta a darme el dinero que se necesite para los gastos del hospital, pero ella... igual quiere algo a cambio.

—¿Qué es lo que ella quiere, entonces?

—Lillian, quiere un matrimonio arreglado.

—¿Ahora quiere casarse contigo? No crees que es muy tarde para eso.

—No me refería a mí. Ella quiere que tú contraigas matrimonio con...

—Oh, no. Por nada del mundo me casaré con Lex Luthor.

—No será con su hijo, créeme. Si hubiera sido él ni siquiera estaría contándote esto. Pero no te preocupes no será con él, si no con su hija menor.

—¿Hija? No sabía que tenía una hija.

—Pues sí. La mandó al extranjero ya hace un tiempo. Antes de que Lex se encargará de L-Corp. Llegó hace algunas semanas, y para que la prensa y los medios no se centren en que Lex quiso vengarse de Superman y todo el caos que ha provocado, Lillian busca cambiar la reputación del apellido que le ha costado por culpa de su hijo mayor.

—No sé en donde entro yo en todo esto. ¿Qué diferencia hay entre que su hija esté casada o no? Nadie tomará en cuenta eso.

—Ahora que Lex está en la cárcel, su hija se hará cargo de la compañía y Lillian tiene pensado planear este matrimonio para que sea más creíble de que la menor de los Luthor, a pesar de que está comenzando a dirigir la compañía, es capaz de cargar todo por su cuenta incluso su matrimonio. Solo busca añadir noticias buenas para que contribuyan a cubrir el tema de Lex.

—Eso es absurdo. ¿Por qué un matrimonio? ¿Acaso tanto duda de su hija, que tiene que buscar a alguien para que se case?

—No lo sé. No sé cuál sea la verdadera razón, tal vez nos diga el por qué más adelante. Pero quiero que sepas que es una decisión que dejó en tus manos, mi niña. No quiero obligarte a hacer algo que no quieras...

—Papá, por ti haría cualquier cosa, incluso casarme con un Luthor.

—No quiero que tomes una decisión a la ligera solo porque estoy enfermo.

—Ya lo hice, y haré todo lo que esté en mis manos para que mejores. No debemos permitir que esto nos venza. Y si es para mejorar la imagen de L-Corp, sé que este matrimonio no durará mucho. Solo será por un período incierto, pero corto. Así que no debes preocuparte por mí.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora