Capítulo 17

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Había llegado el día de la fiesta y muchas personas planeaban asistir. En su mayoría gente importante, gente de alto rango empresarial o amigos cercanos del anfitrión. Morgan Edge, había comprado un local para realizar la fiesta, todo estaba preparado solo faltaban los invitados.

—¿Cómo va todo por aquí? — Lillian entró a la oficina de Lena.

—¿Qué quieres madre? — la pelinegra no despegó la mirada de su teléfono en ningún momento.

—Solo quería recordarte que esta noche será la fiesta de Morgan Edge. Habrá gente importante y es claro que debemos estar allí. Ya le avisé a Kara, pasará a recogerte.

—Yo puedo ir por mi cuenta, no necesito chófer personal.

—Irán juntas, como pareja. Kara pasará por ti dentro de dos horas. Sé puntual, Lena.

—Siempre he sido puntual.

—Lo sé, solo que a veces te pones algo... discordante cuando te ordeno algo.

—Estaré ahí, madre. No es como si tuviera otra opción.

—Deberías ir a tu casa y buscar un buen vestido para ponerte. Sabes que Morgan contrata camarógrafos y es buena oportunidad para que tú y Kara salgan de nuevo como pareja en las portadas.

—Sé por qué debo ir, no tienes que repetírmelo todas las veces que puedas.

—Debo mostrar firmeza cuando se trata de ti, no vaya a ser que quieras arruinar mis planes— Lillian abandonó la oficina, Lena se quedó viendo la puerta un rato hasta que sintió el teléfono vibrar en su mano. Le había escrito un mensaje a Kara.

Mensaje

Lena: Entonces, ¿pasarás por mí?

Danvers: Sí, espero no tener que ir a tu oficina a recogerte.

Lena: Ya se te adelantaron con eso.

Danvers: ¿Lillian fue a verte?

Lena: Sí, solo para repetir lo mismo.

La rubia no le respondió de vuelta, pero aún seguía en línea. Lena se sintió ignorada, ¿acaso hablaba con alguien más mientras hablaba con ella? Esperó por una respuesta que nunca llegó.

Salió de la compañía directo a su casa. ¿Fiesta? No era el término adecuado. Era más bien una reunión para hablar mal de los demás. Porque de algo Lena estaba segura, Morgan Edge era una total escoria. Ni siquiera sabía porque su madre aún tenía contacto con ese hombre. Había tantos rumores de él que a Lena no le parecía raro que todos fueran ciertos. Al menos solo debía convivir con él por esta noche.

Lo primero que Lena hizo al llegar a su casa fue abrir su armario, tenía el tiempo contado. Del fondo del armario sacó un vestido verde entallado con escote y un corte a mitad de pierna que le quedaba espectacular, buscó un conjunto de encaje crema y unos tacones del mismo color. Esta noche esperaba dejar a muchos con la boca abierta y esa no sería una tarea difícil.

Ya con la ropa elegida se dirigió al baño. Antes de comenzar a desvestirse echó un vistazo donde estaban las marcas que Kara le había dejado. Habían pasado solo dos días, pero ya estaban más claras. Podría lucir su vestido ya que las marcas no serían visibles con un poco de maquillaje.

Estaba lista para lo que fuera a suceder. El destino era demasiado indeciso, pero Lena estaba preparada para cualquier desdicha que estuviera por pasar. Estaba lista para las preguntas incómodas, los insultos indirectos, miradas envidiosas, comentarios machistas y misóginos, junto a otras cosas más. Esperaba que sucediera cualquier cosa, pero lo menos que esperaba era la intensa mirada de Kara. No le había quitado el ojo de encima desde que se subió al auto. La veía disimuladamente, pero estaba siendo demasiado obvia y Lena sonrió divertida por ello.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora