Capítulo 38

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Llegaron a la estación y Alex dejó a Lena en la primera celda vacía. Kara llegó a los pocos minutos con Sam.

—Querer matar a Lex es una idea descabellada, amiga. ¿Pensaste en todos los problemas que te ibas a meter? Se me iba a ser difícil defenderte esta vez. Tienes suerte de que Kara se preocupe por ti y te haya detenido a tiempo— Lena no respondió y se recostó en la pequeña cama de la esquina.

—Alex, ¿puedes abrir? — la chica asintió y se acercó para abrir la celda y que Kara pudiera entrar. La pelinegra apenas escuchar como la reja se abría no tardó en hablar.

—Kara, debes ir a ver a tu padre.

—Sé que él está bien. Tú me necesitas más que nunca y no...

—Ve con él.

—No lo haré, yo tomo mis propias decisiones. Si digo que me quedo así será— la rubia se sentó en el suelo mirando hacia Lena.

—Entonces quédate aquí perdiendo tu tiempo— Lena se dio la vuelta quedando hacia la pared.

—¿Crees que estar contigo es perder el tiempo? Sé que es duro por lo que estás pasando y...

—No sabes nada— susurró Lena, pero supo en ese instante que fueron las palabras equivocadas.

—¿Que no sé nada? Te recuerdo que soy adoptada. Nunca conocí a mis padres, Lena. Tú tuviste la dicha de tenerlos a los dos. ¡Dios! ¿¡Cuándo dejarás de ser tan idiota?!

—Tal vez deberíamos terminar esto de una vez por todas y alejarnos...

—Sé que no lo dices en serio. Solo quieres que te deje en paz porque estás sufriendo.

—Hablo muy en serio, Kara. No me siento bien teniéndote a mi lado. Estoy celosa de que tu padre haya vivido y mi madre...

—Lena, sé que estás enojada y no estás hablando en serio.

—Mejor no vuelvas, Kara. Seguiré pagando por los tratamientos de tu padre porque es lo que mamá hubiera querido, pero lo nuestro aquí se acaba. No quiero seguir soportan...

—¿Qué? ¿Ya no quieres soportarme? ¿Ya soy un fastidio para ti? ¿Ahora que estás enojada quieres cobrártelas conmigo? Entonces, adelante. ¡Vamos! ¡Descárgate conmigo! Al igual que tú estoy sufriendo por la muerte Lillian. Fue casi como una madre para mí. Soy yo la que debe darle la noticia a mi padre cuando lo vea y sé que le partirá el corazón saber que su amiga más cercana casi su hermana, murió. Deja de pensar solo en ti y mira cómo además de lastimarte, lastimas a los demás.

—¡Demonios, Lena! Sé que es muy fuerte todo esto, pero no intentes separarme de tu lado, cuando no es lo que quieres en realidad. Porque si así fuera me lo dirías de frente, mirándome a los ojos y no dándome la espalda como estás haciendo ahora— la pelinegra se sentó en la cama mirando a Kara.

—Solo quiero que esto acabe— confesó.

—Amor...— Kara se levantó del suelo y se sentó al lado de la pelinegra. —El proceso será doloroso, pero podrás superarlo con el tiempo y yo estaré para ti. Para ayudarte. Lex pagará por lo que hizo, pero no quiero que tú te involucres en nada, solo deja que el tiempo haga lo suyo.

[...]

—¡Vamos! ¡Salgan malditas basuras! ¡Es tiempo de tomar el sol! — uno de los guardias de prisión gritaba por los pasillos. Los hombres abandonaban sus celdas para salir al patio. El único que no lo tenía permitido era Lex. Uno de los guardias entró a su celda para dejar la comida.

—No tengo hambre, puedes llevarte esa porquería de aquí— dijo el mayor de los Luthor, pero el guardia no se retiró. Dejó la bandeja sobre la mesa y se quitó su cinturón. Lex le estaba dando la espalda, concentrado terminando su sudoku. El guardia enrolló el cinturón entre sus manos y se acercó a Lex para pasar el cinturón por su cuello y comenzar a ahorcarlo.

—Lena te manda saludos— Lex comenzó a patalear para intentar liberarse, pero Otis Graves era más fuerte que él. —No sabes desde cuando quise hacer esto.

Lex ya estaba rojo, pero aun así no dejó de moverse. Otis sacó de su bolsillo una jeringuilla e inyectó el líquido por una de las venas del cuello de Lex. Otis soltó su agarre dejando el cinturón en el cuello Lex y este cayó al suelo, jadeando por aire mientras sus ojos se desorbitaban. Otis se inclinó sobre él con una sonrisa fría en sus labios.

—Nos veremos en el infierno— susurró antes de abandonar la celda.

Kara pasó la noche en la comisaría con Lena. Sam se encargó de las cosas en el hospital, ya que Lena no estaba en un buen estado para hacerlo y Kara no quería dejarla sola. Alex esperó a lo que una de ellas se levantara para decir de lo que recién se había enterado. Nuevamente el apellido Luthor era tendencia en las noticias.

—Está muerto.

—¿De qué hablas? — preguntó Kara que se estaba estirando luego de haber dormido en la incómoda litera junto a Lena.

—Lex. Lex está muerto. Lo acaban de encontrar.

—¿Qué? — la rubia se volteó a ver a Lena que aún seguía dormida. —¿Saben quién pudo haberlo hecho?

—Dicen que parece suicidio, pero no lo sé. Tendremos que ver las grabaciones de las últimas 24 horas para ver que sucedió. Ya sabemos que Lena no estuvo involucrada, pasó toda la noche aquí.

—Sí, pero aún me siento intranquila, ¿sabes?

—Tal vez sea porque no has visto a tu padre. Deberías ir al hospital.

—Sí, pero no quiero dejarla...

—Ella estará bien. Está en buenas manos, tú ve. Si sucede algo le avisaré a Sam que está en el hospital arreglando las cosas de Lillian— dijo Alex.

—Muchas gracias, ¿podrías avisarle que estoy en el hospital cuando despierte?

—Claro.

—Gracias otra vez.

La rubia salió con prisa de la comisaría y condujo de vuelta al hospital. No había visto a su padre y ya estaba ansiosa por verlo. Había puesto a Lena antes que él y eso era algo que nunca en su vida había hecho, pero sabía que había sido la mejor decisión. Caminó por el pasillo del hospital siguiendo las direcciones que le había dado la enfermera en la entrada. Tocó tres veces la puerta antes de entrar, escuchó a Jeremiah reír mientras veía televisión.

—Hola papá— la rubia cerró la puerta y permaneció quieta esperando que Jeremiah le diera el permiso de seguir. No sabía si podía estar enojado por haberlo dejado solo.

—Hija, pasa. No te quedes ahí parada.

—¿Cómo te encuentras? — Kara acercó una silla junto a la camilla y tomó asiento.

—Estoy bien. ¿Cómo está Lillian?

—Papá... ella... Lillian, está...

—¿No pudo lograrlo? — Kara negó y Jeremiah solo permaneció en silencio por un largo rato.

—¿Cómo está Lena?

—Ella está devastada, no pude venir a verte porque...

—Entiendo Kara, ella te necesitaba.

—Me rompe el corazón verla así, nunca pensé verla tan vulnerable, papá.

—Debes permanecer junto a ella, tal vez parecía que no se llevaba bien con Lillian, pero podemos ver que no era así. La pobre debe estar lamentándose por lo que sucedió. Es una pena que Lillian se haya tenido que ir de esa forma.

—Lena se encuentra en la comisaría.

—¿Por qué? ¿Qué fue lo que hizo?

—Es que... Lex es el culpable del accidente. Al menos fue lo que pude entender. Lena luego perdió la cabeza y en lo único que podía pensar era en matarlo. Así que se lo comenté a Alex y la detuvo, al menos hasta que se calmara.

—Es un bastardo, discúlpame por lo que voy a decir, pero se lo merece. Merece morir. ¿Cómo pudo matar a su propia madre?

—Lo acaban de encontrar muerto en su celda.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora