Capítulo 19

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Al fin habían llegado a la casa que Sam había alquilado para las vacaciones compartidas. Sam y Lena entraron primero, Kara se quedó afuera. En eso un auto se estacionó al lado del auto de la morena, Kara vio el deportivo y sonrió como una niña que recién le habían comprado un helado. Dejó de hacer lo que hacía y se acercó para verlo mejor.

—¿Te gusta? — preguntó Sam entrando a la casa con Lena detrás. —Lo primero que sentirás al despertar será la brisa junto con el olor del mar. Serán unas vacaciones relajantes.

—Que bien— dijo Lena adentrándose más en la sala. Corrió las cortinas que tapaban una puerta de cristal hacia el balcón. La pelinegra no la abrió solo se quedó viendo hacia el mar.

—Dios, si no fuera por el trabajo de seguro estuviera viviendo aquí. Es súper tranquilo— dijo la morena sentándose en el sillón. Cuando vio a Lena se dio cuenta de que solo estaban ellas dos.

—¿Kara no estaba detrás de ti?

—Creo que se quedó en el auto— contestó Lena y salieron en busca de la rubia.

—¿Quién es? — preguntó la pelinegra al mismo tiempo que Sam gritaba el nombre de la mujer que se bajaba del costoso auto, el cual Kara no dejaba de mirar.

—¡Lucy!

—¡Sam! — gritó la otra que corrió para abrazarla.

—Tu McLaren 12-C es hermoso— comentó la rubia sin dejar de ver el auto.

—¿Sabes de autos, linda? — preguntó Lucy acercándose a Kara.

—Sí, tanto que podría aburrirte. Soy Kara— le dedicó una sonrisa a Lucy.

—Ya me caes bien. Como estaré con ustedes estos días puedes dar una vuelta en él cuando quieras.

—Eso me encantaría.

—Hola, soy Lena. Mucho gusto— dijo la pelinegra haciéndose notar. Detestó que Sam no la hubiera presentado, y que Kara quisiera dar una vuelta en el auto de una desconocida la cabreaba.

—Un placer, Lena. Sam me ha contado maravillas de ti. Espero que también nos llevemos bien.

—Sí, lo espero con ansias— respondió sarcásticamente acercándose al auto de Sam para sacar su maleta.

—Vengan, deben ver la casa, está hermosa— insistió Sam llevándose a Lucy del brazo.

—Beberemos hasta perder la conciencia, ¿verdad? — preguntó Lucy divertida.

—Claro, cuenta con eso— las dos morenas entraron a la casa dejando a Kara y a Lena atrás.

—¿Puedes pasarme la mía? — preguntó Lena detrás de Kara que sacaba la gran maleta de Sam.

—¿No dirás la palabra mágica? — Kara vio por encima de su hombro esperando la respuesta de Lena.

—Por favor.

—Bien, pero antes...— alejó la maleta de la pelinegra. —Ya no estás enojada conmigo, ¿verdad?

—Aún no estoy segura, ¿ya? — Kara sonrió dándole la maleta.

—Me esforzaré por no hacerte enojar estos días.

—Eso espero— dijo con los ojos entrecerrados pareciendo seria, pero luego sonrió.

—¿Por qué Sam trajo tantas cosas? Solo serán unos días— dijo Kara cerrando el auto.

—Siempre cuando sale le gusta ir preparada.

Ambas entraron a la casa. Había habitaciones para cada una, así que no habría problema con eso. Se las repartieron al azar quedando Lena frente a la habitación de Kara y Lucy frente a la habitación de Sam. Lo único malo del lugar es que solo había un baño, pero al menos no se quedarían a vivir ahí para siempre. Cada una comenzó a desempacar en sus respectivas habitaciones lo que estarían usando los siguientes días.

𝑪𝒂𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒐 𝒆𝒏 𝒃𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒓𝒐𝒕𝒂 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora