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Capítulo 56: Llueve sobre mojado

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Capítulo 56: Llueve sobre mojado

Al bajar de casa me di cuenta de que nunca había visto las calles tan llenas como aquel día. Miles de turistas paseaban por allí e incluso los bares y cafeterías estaban más llenos que de costumbre. Supuse que era debido a la temporada alta de vacaciones y que al parecer una gran mayoría había escogido Milán como destino para pasarlas. Sandy estaba sentada en un terraza con su iPad y un café delante cuando me vio llegar. Sorteé las mesas de alrededor hasta llegar hasta la suya y nos saludamos con un abrazo.

- ¡Qué guapa estás! -exclamó al soltarme y volver a sentarse en su sitio.

Dejé el bolso a un lado de nosotras y me senté frente a ella en la mesa a la vez que Sandy empezaba a hablar emocionada, diciéndome que el tiempo en casa me había sentado muy bien e hizo un par de insinuaciones de que tal vez lo mejor había sido la compañía. Sonreí tímidamente, dándole la razón de manera inconsciente. Ella levantó la mano para llamar al camarero y que tomara nota de lo que queríamos y en cuanto este volvió a irse ella siguió a lo suyo y toqueteó un par de veces más el iPad hasta que lo dejó a un lado junto con el lápiz con el que estaba escribiendo en él.

- Bueno, quería enseñarte un par de ideas pero quiero ver primero las tuyas porque por lo poco que me has contado por teléfono sé que me van a encantar.

No habíamos perdido la comunicación en el tiempo que había llevado fuera de la ciudad y a pesar de que no había adelantado tanto como hubiese pretendido, había estado mandándole pequeños esbozos y comentándole nuevas ideas cada vez que hablábamos.

- Llevo trabajando en ellas desde Junio, aunque llevan en mi cabeza muchísimo más tiempo.

Trasteé en mi bolso en busca de la carpeta con los bocetos del proyecto. La abrí y extendí por la mesa los diseños en los que llevaba poco más de dos meses trabajando. Estaban hechos a ratos pero a ella parecieron gustarle mucho, porque Sandy me miraba con una sonrisa, intercalando su mirada entre los dibujos y mi cara.

- Mi idea es ampliar el rango de tallas en esta colección y a partir de esta en todas las siguientes -expuse firmemente-. Añadir tallas más pequeñas y grandes de lo que ya disponemos en el mercado.

Ella asintió dándome a entender que estaba de acuerdo con mi idea. Seguro que a todos nos han hecho alguna vez en nuestra vida un comentario hiriente sobre nuestro cuerpo y nuestro aspecto. «Te sobra de aquí», «Deberías comer más», «Si estuvieras más delgada, estarías más guapa». Son comentarios que la mayoría de las veces van disfrazados de consejos que no han sido pedidos, sin importar lo que a la persona pueda llegar a afectarle o no. Quizás esas palabras pueden clavársele a alguien como un puñal, a pesar de que no se digan con mala intención, porque nadie sabe lo que pasa en la vida de los demás. Y, por supuesto, nadie tiene derecho a opinar sobre un cuerpo que no es el suyo. Aunque a veces a la gente se le olvide. Todos los cuerpos son bonitos. Todas las medidas son perfectas.

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