One Shots Twiyor.

Te protegeré pase lo que pase.

Día 5: Protección.

AU: Donde Loid y Yor se casaron por el seguro médico que tiene Loid. Yor tiene una enfermedad, a pesar de que aún tiene la ayuda de su hermano está no era lo suficiente como para cubrir sus gastos médicos. Conoció a Loid en el hospital en el que él trabaja.

Él decía que sólo se había casado con ella para ayudarla en sus gastos médicos. Él se intentaba convencer a sí mismo que sólo lo hizo por su juramento como médico. Pero no podía evitar fijarse en la belleza que ella emanaba, la energía positiva que siempre parecía tener a pesar de estar enferma. A pesar de andar con tratamiento tras tratamiento. Su sonrisa cada que la visitaba en su habitación era cálida y acogedora.
Al inicio fue fácil que cada uno continuará con su vida cada uno por su lado, no necesitaban darle explicaciones a nadie que no fuera al seguro, pero Yor no tenía un sistema de apoyo que pedía el hospital. Su hermano trabajaba todo el tiempo y aparte de él no tenía a nadie. Por lo que le dio la opción de irse a vivir con él, ella aceptó.

La enfermedad de Yor era síndrome de Von-Hippel-Lindau, en resumen es una enfermedad rara que causa tumores y quistes en el cuerpo. Es por ese motivo que ella necesitaba operaciones continuamente, monitoreó de sus condiciones o tratamientos. No hay cura.

Su primera operación con compañía de Loid era simple, le quitaron un tumor benigno del estómago, sin complicaciones y de la cual debía quedarse en cama un mes. Loid la cuido y parecía que se conocían de años. Las risas, los chistes o el contacto físico, aunque fuera mínimo, se sentía como si fueran con quién pertenecieran. Lo cual los llevó a enamorarse más rápido el uno del otro. Empezaron a besarse en la mañana, cuando él llegaba de su trabajo o los sábados y domingos en la mañana antes de empezar un día de descanso junto a Loid.

Eventualmente empezaron a dormir en la misma habitación, Loid siempre atento con ella, si sentía que su temperatura subía, o ella le comunicaba que le dolía la cabeza o sentía algo raro la llevaba al hospital. Por suerte para ambos, aún no habían detectado un nuevo tumor en ella.

Tuvieron dos meses en paz, en los que sólo fortalecieron su unión. Saliendo los fines de semana, ayudando a Yor a que aprendiera a cocinar, citas y otras actividades que Yor pudiera hacer. Al cabo del segundo mes, Loid le propuso matrimonio de verdad, incluso intercambiando anillos que pudieran presumir, Yor aceptó a Loid. Creía que jamás podría amar a nadie y tener a Loid era casi como vivir en un sueño.

El rubio estaba enamorado de Yor, ella se enamoró primero de él, pero Loid caía cada día más enamorado de ella. Descubriendo su risa contagiosa, sus ojos rojos y completamente expresivos, sus manos tan delicadas sobre él, su bella sonrisa o como amaba ese suéter rojo. Tan cálida y suave.

Sin embargo, una noche Yor comenzó a sentirse muy mal, le dolía el abdomen, se sentía tan mareada y agotamiento en general. Sentía que sólo era un resfriado, por lo que no le dijo nada a Loid, no hasta que él mismo se dio cuenta que ella estaba muy acurrucada en la cama, en posición fetal con las mantas cubriendo hasta su cuello. Ella no era de las que dormía así, y menos desde que ambos dormían juntos. Mientras ella dormía esa noche, Loid la examinó, tocando su frente con el dorso de la mano, examinando su piel a ver si encontraba un bulto o algo extraño. Yor contrajo más las piernas como ocultando su abdomen, extrañado por su espasmo, puso la palma de su mano en ese sector escuchando a Yor jadear de dolor.

—Yor, ¿te duele el estómago? —preguntó sacándola de su ligero sueño.
—No quería preocuparte... pero estoy bien. Pasará para mañana, lo prometo —dijo tomando a su esposo de la camisa débilmente.
—Estás débil, te duele el estómago y estás más decaída. Te llevaré al hospital —informó saliendo de la cama, poniéndose lo primero que encontró.