Une mis piezas.

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Día 1: Primer encuentro.
Continuación: lo siento mucho.

Yor se tumbó al piso con lágrimas saliendo por sus ojos sin control, su cuerpo entero temblaba y el dolor en el pecho se sentía como piedras calientes que la atravesaban. No esperaba para nada encontrar aquella carta de su esposo, del que supuestamente había muerto en un ataque que él sufrió, pero ahora, ahora dudaba de aquello.

Apretó la carta contra su pecho, la arrugó entre sus manos, furiosa, enojada, pero sobre todo, triste. Era una mezcla de emociones tan extraña en su pecho que lo único que podía hacer era llorar como nunca lo había hecho, al menos, no desde que sus padres murieron. Se sentía usada, traicionada, pero sobre todo abandonada.

Lo que su lógica pensó, es que, él, fuera quien fuera, se fue, fingió una muerte para poder continuar con su trabajo de espía, dejándola sola con una niña, con un perro.

A menudo pensaba que si este acuerdo se terminaba, ella aún desearía ver a la pequeña. Luego se enamoró del padre de la niña y por un año, fueron, o al menos ella creía, que eran una familia real, con sentimientos reales. Pero, ella dejó de sentirse amada en el momento en que leyó que Loid Forger, era sólo un personaje creado para una misión.

Significa, que usó a una niña, a una niña inocente todo este tiempo... A una niña que ella ama a su padre. Loid. ¿Cómo pudiste hacerle esto a ella?

Pensar en su hija, solo hizo que el sentimiento creciera en su pecho. Las lágrimas incrementaron, la incomodidad en la garganta se volvió más fuerte y los recuerdos con el hombre muerto/desaparecido atormentaban su cabeza.

¿Qué parte de él si fue verdad?
¿Qué palabras que dijo sí fueron ciertas?
¿Si me amaba? ¿O sólo fue una trampa de miel para que su misión no fuera un fracaso?
¿Amaba a su hija?

Sus lágrimas salían tan rápido y abundante de sus ojos que mojaban su ropa, su cuerpo temblaba y se sacudía con cada sollozó. La presión era tan fuerte en su garganta y pecho que dejó salir un grito de dolor. Un dolor que no podría comprender nadie.

Para todos, sería normal que una esposa llorará por la muerte de su esposo. Pero ella no lloraba por eso. Lloraba por haber amado a alguien que no sabía quién era en realidad, y que esa persona ahora se fue. Se fue para siempre.

Pero a pesar de todo, no lo odiaba. Debería, sería lo más lógico, odiarlo por todas las mentiras. Pero no. Lo extrañaba. Y eso era lo que más dolía. Quería fingir que no lo quería con ella, quería fingir que todo estaba bien, que ella podía con Anya, con el papel de ser una viuda ahora. Sin embargo, quería un abrazo de su esposo al llegar a casa, quería un beso en la frente cada que tuviera un día fuerte, quería alguien que la abrace en las noches de sus pesadillas, quería amar de la manera que lo podía amar a él, quería su amor. Lo quería a él y solo a él.

Rompió la carta gritando de rabia y lanzando todos los trozos por la antigua habitación de Loid. Sus ojos ahora con lágrimas en los bordes pero la expresión enojada.

Ella creía que lo estaba superando. Fue un mes duro para las chicas Forger. Yor se enteró de la "muerte de su esposo" por un policía que tocó a su puerta un miércoles en la mañana, cuando Anya no estaba. Desde ese día su vida cambió. Enterraron a Loid ellas solas, ni siquiera quería recibir la ayuda de Franky o su hermano. Quería superar su luto con su hija.

En el funeral lluvioso, Yor abrazó a su hija, la niña era un mar de lágrimas. Sentada en la silla con su hija en sus piernas y la cabeza de Bond en su rodilla viendo la lápida de su marido. Hasta que las lágrimas parecieron haberse agotado en ambas. Semanas Yor durmió abrazada de su pequeña hija, semanas que ambas apenas comían lo necesario para sobrevivir e intentar vivir por lo que Loid quería. Semanas en la que ninguna de las dos pudo abrir su habitación sin sentir un enorme vacío en el pecho. Y justo cuando las cosas parecían mejorar para ellas. Yor abrió la puerta de su habitación y se encontró con la carta.

One Shots Twiyor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora