Paciencia.

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Los sucesos pasan antes de Volví para quedarme.

Las manos de Yor apretaban con fuerza el volante, sus nudillos blancos, los nervios de punta y la cabeza con mil cosas, puro escenario angustioso de que pasaría si ella se perdiera en sus pensamientos mientras conducía, que podría pasarle a Anya si estuviera atrás mientras ella conduce, qué pasaría con Loid o Bond. Tan nerviosa, asustada. Hasta que Loid puso una mano sobre la suya.

—Tranquila —susurró Loid apretando su mano, indicando que podía dejar de apretar el volante.
—Loid —ella soltó la fuerza que ejercía y sus ojos rubíes lo miraron a él.
—Te perdiste en tus pensamientos, preciosa —dijo él sonriéndole a unos centímetros de su rostro.
—Lo siento... Pero, no sé si soy capaz de conducir, en especial si iré con Anya atrás o tú a mi lado... ¿Si te pasa algo? —preguntó ella con la expresión realmente angustiada.

Él negó con la cabeza, ahuecó la mejilla de Yor con la mano derecha mientras que la otra le apartó el cabello de la cara para poder transmitirle paz.

—No dejaré que conduzcas hasta que estés realmente preparada. Pero jamás llegaremos ahí si no dejas que te enseñe —susurró él.
—Pero, yo jamás me perdonaría si algo le pasará a Anya... A ti —ella apartó la mirada de él.

Tan solo pensar en el hecho de que algo pueda salir mal con el auto bajo su control, la aterraba. Al punto de que temblaba y su corazón empezaba a latir a mil por hora.

—Mi amor —susurró apoyando la frente contra su sien derecha, quedando sus labios junto a su oreja—. Tranquila, me aseguraré de que puedas manejar tan bien que Anya se sentirá segura contigo y yo también estaré seguro, porque eres tú, ahora respira profundo.

Yor apretó las manos nuevamente sobre el volante, los párpados y negó suavemente con la cabeza. Era mejor no intentarlo que fallar. Eso es lo que pensaba ella.

—Por mí, respira por mí y luego te enseñaré —susurró más suavemente.
—No quiero perderte —murmuró ella.
—Pues tienes suerte, no pienso dejarte, morir ni nada por el estilo... Te amo.

Yor sonrió suavemente al escuchar la frase. Se sonrojo evidentemente, apretó los labios y por fin sintió que su corazón se calmaba.

—Bésame —pidió ella volteando el rostro para apoyar su frente contra la de él.
—Con gustó.

Los ojos de ambos se encontraron momentáneamente, ahora ella con el brillo especial y él con las pupilas dilatadas revelando lo cuan enamorado estaba de su esposa. Yor cerró los ojos levantando los labios para provocar lo de él, hasta que él completó el beso con una mano ahuecando su nuca y cerrando sus labios contra los de su esposa.

Twilight tenía que disfrutar al máximo el tiempo que tenía con Yor, la operación Strix estaba al borde del final, sabía que Loid Forger tenía que morir, tenía que dejar a sus dos chicas, a las personas que lo han acompañado durante el año y medio que duró la misión. Pero no quería, se enamoró de esta mujer, se encariño con la niña y adora al perro.

No tenía opción, sin embargo.

Así que decidió dejar todo a nombre de Yor, hacer que ella legalmente adoptará a Anya como su hija, dejarles un monto de dinero y el departamento a ellas. Aunque sabía que a ambas les costaría superar la muerte de Loid, sabía que su hija, que ahora sabe que lee la mente, le será más difícil saber que, de hecho, las abandonó.

Por eso estaba aquí, intentando convencer a Yor de que podría conducir el auto.

—¿Lista? —preguntó dejando de besarla, pero no sé alejo de ella.
—Lista —respondió.

Le dejó un casto beso en la comisura de sus labios, se alejó de ella sonriendo para sí mismo.

No estaba seguro que fuera a pasar con él una vez que dejara a esta familia, si sería capaz de olvidar a Yor o Anya, si algún día llegaría a ser el mismo o si se volvería más distante a consecuencia de esto.

Pero lo que le hizo Yor, era real, palpable e innegable. Se enamoró de ella.

—Primero que nada, aquí es donde debes poner las manos —Loid tomó la muñeca de ella moviéndola por el volante hasta que estuvieran entre las nueve y las tres.

El simple toque de su mano contra la de ella provocó que Yor se sonrojara, que soltara una risita nerviosa. No importaba si hubieran pasado cuatro meses desde que se volvieron una pareja, cinco desde que empezaron con el contacto físico. No importaba, ella siempre se sentiría nerviosa, si piel era amarilla en comparación a la suya, más tibia, más grande.

Yor se perdió viéndolo a él, Loid estaba explicando un montón de cosas, donde pisar y para qué funcionaba los tres pedales, como se utilizaba la caja de cambios o cómo podía ella frenar de emergencia en caso de necesitarlo. Pero todo lo que ella podía absorber era el toque de Loid, en sus manos o en sus muslos, el olor a menta que él irradiaba, invadiendo los pulmones de Yor, o los ojos de él sobre ella. Sólo él existía para ella.

Era increíble para ella como él podía hacer que de su ansiedad ella pudiera sonreír en cuestión de segundos, que sus preocupaciones y miedos se fueran con un toque, con un beso o con un te amo. Era sorprendente como él podía hacerla sentir tan enamorada.

—¿No me estás escuchando, cierto? —preguntó él con una media sonrisa.
—No —ella rió a carcajadas ocultándose entre sus manos.

Loid soltó una risa genuina, sonrió ampliamente y negó con la cabeza. La única mujer capaz de hacer que ese sonido se produjera tenía que ser Yor, en esta tierra o en cualquier otra.

—Lo siento —dijo ella entre carcajadas.
—¿Te he dicho que tienes una risa hermosa? —preguntó él coqueteando evidentemente.

Yor rio más fuerte mientras asentía con la cabeza. Ya había escuchado ese halago antes, cuando él la besó debajo del estómago y ocasionó que Yor se riera, fue cuando lo escucho. Pero para nada se comparaba con este momento, ahora ella tenía un ataque de risa y Loid solo le mostraba una risa verdadera y amplia.

—Es sólo que te veías muy concentrando y yo estaba perdidamente enamorada de ti mientras tanto, lo siento —dijo ella apretando sus labios y mirándolo a los ojos.

Loid sonrió y se sonrojó suavemente.

—Te amo —soltó ella sin más.
—¿Hoy no te enseñaré a conducir verdad? —cuestionó él poniendo un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Creo que no... Lo siento —soltó una pequeña risa que reprimió apretando los labios.

Él sujetó su mentón entre el dedo índice y el pulgar, ella lo vio con ojos grandes y brillosos, que juro que lo harían ponerse de rodillas frente a ella y rogarle que lo perdone, que lo acepte por su verdadera identidad. En cambio, decidió pedirle algo.

—Apaga el auto, no quiero que el auto comience a avanzar mientras te estoy besando —Yor se sonrojo evidentemente y sonrió.

Apagó el auto para luego empezar a besar a su esposo. Requeriría de más paciencia enseñarle a conducir.

...

Vine a avisar también que las actualizaciones aquí serán más escasas, ya que estoy trabajando en mis fanfics. Uno de ellos es Fragmentos de ti de Twiyor por lo que cada escena que se me ocurre la ahorro para mi historia principal, sólo si encuentro una que no encaja la publicaré aquí :) gracias por leer 😊.

One Shots Twiyor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora