Dijiste que me amabas...

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Yor estaba mintiendo, había aprendido a mentir del mejor, lo que la hacía sentir asco de sí misma, prefería a su antigua versión, la que no sabía mentir, la que era un poco ingenua, la que estaba enamorada de su esposo, la que no sabía la verdad. Le daba asco mentir tan bien como él lo hacía. 

Su esposo, bueno, él no existía, no existía el hombre amable y cariñoso con su hija, ese hombre era un invento por una agencia de espías, Anya no era su hija biológica, él estaba usando a una niña pequeña que seguramente mintió con su edad para poder ser adoptará por él, no existía una esposa que el amo o que sea la madre de Anya. Loid Forger era una mentira y eso quemaba.

Dolía en el pecho, la lastimaba al punto de llevarla al piso para llorar, sus extremidades temblaban con cada sollozó, su respiración entrecortada con el paso de su llanto se convertía en ataque de pánico. Tenía dolor y ella quería que fuera físico, el emocional la tumba al piso. 

Yor estaba mintiendo, porque desde que se enteró que él es un espía que esa niña seguro estaba siendo usada por él que ella misma estaba siendo usada por él, cada día iba a recoger a Anya al colegio, comían afuera, paseaban a Bond y llegaban muy tarde a casa, la acostaba y la dejaba junto a Bond. 

Hace unos meses, Yor le había confesado a Twilight sus sentimientos, cuando creía que Loid Forger era real. Él la correspondió, la tomó de la cintura y besó delicadamente sus labios, luego confesó los sentimientos que él decía tener por ella. Posterior a ello, la llevó a la cama, le quitó las prendas una por una y la besó, aceptando sus cicatrices, amándola como nadie lo había hecho, cuidándola y haciendo que ella se sintiera bien, por la noche se abrazaron, continuaron besándose y tocándose, así fue como comenzaron una relación. De vez en cuando salían a citas, empezaron a dormir juntos y él la ayudaba a cocinar. 

Sin embargo, todo cambió cuando el jefe de Yor le mandó la misión de asesinar a Twilight. Cuando lo investigó, dio con su esposo y aunque al principio no le creyó, esa noche mientras dormía a su lado, encontró las cicatrices que no había prestado atención antes. Balas, cuchillos entre otras estaban presentes en su cuerpo. Fue la última vez que durmió con él. 

Tenía que matarlo. Pero ella lo amaba. No podía matarlo. 

A su jefe le dio un abrigo de Loid con sangre y le dijo que lo había herido nada más, él dijo que en cuanto lo volviera a ver tendría que matarlo. 

Por eso llegaba tarde, acosaba a Anya e iba a su habitación a llorar, a arrepentirse y a revivir todo lo que fueron por tres meses. 

Quemaba haber amado a quien no te amaba en realidad.

Cortaba como un cuchillo saber que todo es una mentira.

Se sentía como si muriera una parte de ella cada día.

Esa noche no era diferente. Twilight cada que tocaba la puerta de Yor ella no contestaba y se hacía a la dormida cuando él entraba, él respeto que probablemente su esposa tuviera un bajón emocional, un problema o enferma. Twilight incluso pensó que ella estaba embarazada y por eso lo evitaba. Pero esta noche él tocó la puerta, ella no contestó, él entró y ella se hizo la dormida. Pero esta vez. Esta vez tocó su hombro con la mano y ella chilló en respuesta.

—¿Yor? —preguntó.
—No... —sollozó derramando lágrimas ya sin poder disimular.
—Te has alejado... Yor, ¿está algo mal? ¿pasó algo? —acarició su brazo intentando apaciguar el dolor de su esposa.

Su corazón dolió y ella sollozó. Lo extrañaba, extrañaba lo que ella creía conocer de él, extrañaba sus besos. Lo extrañaba y eso dolía. Pero ya no sabía qué hacer, no podía evitarlo, no toda la vida, no para siempre. 

One Shots Twiyor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora