Creo que te amo.

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Casi siempre, Yor era la que se emborrachaba, tomaba hasta que estuviera hablando cualquier tema entre balbuceos, se apoyaba en Loid y hablaba de lo que sea, mientras que él la cuidaba. Pero ahora, Yor no quería beber, dejó de lado la botella y decidió comer con un poco de jugo natural en la cita de Loid.

Porque, sí, tenían citas más a menudo ahora, por lo menos una cada dos semanas.

¿Fue porque los compañeros de trabajo de Yor hicieron comentarios sobre qué tal vez ellos no se amaban?
¿Por qué era necesario para la misión establecer que Loid Forger era un buen esposo?
¿Para simplemente hacer que Yor sea más estable emocionalmente?
¿Para que tuviera más confianza en sí misma?
No. Ninguno de los dos creía eso.

Porque cada cita se sentía mejor, cada vez que ellos salían sin Anya se acercaban más uno al otro. Cada vez ellos se estaban enamorando más, al punto en que ninguno de los dos quería admitirlo, lo trataban de ocultar, pero no funcionaba.

Ahora. En la cita... ella ya no sabe cuál. Loid fue quien bebió.

Claramente no estaba como ella. Sabía que el alcohol afectaba a las personas de maneras diferentes. Loid, estaba... Fuera de sí, no como ella.

—Eres hermosa... —declaró inesperadamente.
Yor se atoró tomando su agua. Sus ojos rojos subieron para verlo, sus ojos brillaron cuando se conectaron por la mirada.
—Gracias Loid —Yor se sonrojó.
—Lo digo en serio, Yor, además.... sé que te hice sentir mal cuando... —rio un poco—. Cuando no te dije nada después del partido con Fiona o cuando ella...
—Eso pasó hace mucho tiempo... Loid...
—Te debo disculpas por eso, por... Todo. Ella intenta humillarte, intenta hacerte menos... Lo siento.

Yor tragó saliva. No sabía si lo decía por el alcohol en su sistema, o porque en verdad lo sentía. Sin embargo, él siempre la defiende, ni siquiera tiene dedos para contar la cantidad de veces que él la ha defendido con alguien. Sabe que ella es muy capaz de hacerlo por sí misma, pero que él tome la iniciativa de hacer eso sin que ella le pida es mucho para ella. Negó con la cabeza y extendió su brazo sobre la mesa para tomar su mano.

—No tienes de qué disculparte Loid, tú me protegiste con ella... De hecho, gracias —sonrió cerrando los ojos.

Loid sintió que vio el cielo en ese instante.

Diablos, las ganas de tomarla entre sus brazos y estampar los labios contra los de ella, besarla hasta que sus labios se desgastaran, sentir su cintura en sus manos, arrugar su vestido con las manos. Acariciar su cabello negro con delicadeza, incluso peinarlo, trazar la piel con sus dedos como si ella fuera un lienzo. Eso quería.

Tal vez el alcohol lo estaba afectando más de lo usual, pero ahí estaba, admirando a su esposa, falsa, como si en verdad le perteneciera a él.
A pesar de que el alcohol nublaba su juicio, Loid no podía evitar sentirse abrumado por la belleza de Yor. La forma en que se movía era tan fluida y elegante, como si fuera una diosa danzante. Su piel parecía suave como la seda y sus ojos brillaban con una luz cautivadora.

Loid no podía apartar la vista de ella, y su corazón latía con fuerza. Finalmente, Yor lo sacó de sus pensamientos.

—Tierra llamando a Loid —se burló ella con esa risa melodiosa que hipnotizaba a Loid.
—De verdad eres muy hermosa, muy perfecta para mí —admitió.

Había pasado semanas luchando contra sus sentimientos por ella, tratando de mantener la distancia y negando su atracción, pero estaba claro que era una batalla que estaba perdiendo.

Cuando Yor tomó su mano y la acarició suavemente sobre la mesa, Loid sintió una oleada de emoción que le dejó sin aliento. Por un momento, su mente se quedó en blanco mientras se concentraba en el contacto de su piel con la de ella.

One Shots Twiyor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora