Mi mundo.

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Continuación: Esperándote con una sorpresa.

—Esto duele mucho... Ya no puedo —susurró entre sollozos, las lágrimas pesadas y saladas corrieron por sus mejillas.

Loid sintió que su corazón sufría un golpe, verla semi acostada en la camilla, el sudor en su frente con el cabello desordenado, ella estaba con mucho dolor y lo único que él podía hacer, era sostener su mano, hablarle suavemente y estar a su lado. Él quería quitar todo su dolor con solo tocarla, ya no quería verla en ese estado. Han pasado alrededor de siete horas desde que Yor se puso de parto, él estaba cansado, pero para nada se comparaba por lo que ella estaba pasando.

—Amor —susurró él, apoyó la frente contra la sien de su esposa y besó suavemente su mejilla—. Solo un poco más y tendremos a nuestra hija, solo resiste un poco más.
—No —ella jadeó cuando una contracción la golpeó.

Apretó la mano de Loid, mientras gritaba y hacía un esfuerzo para sacar a su bebé.

—Lo siento tanto. Te amo mucho, Yor... te amo —repitió intentando consolar a su esposa.

Ella dejó de empujar, cayó nuevamente en la camilla aún llorando.

—Esto duele... demasiado, ya no puedo —sollozó lanzando lágrimas cada vez más pesadas.

Estaba desesperada, nunca creyó que dar a luz fuera tan doloroso. Quería a su bebé en sus brazos ya, pero ya no quería pujar, ya no quería sentir contracciones, sólo quería a su bebé.

—Loid, no puedo más —ella lanzó su cuerpo hacia atrás acostándose en la camilla —, en serio... no puedo.

Yor se tapó la cara con ambas manos, tomando bocanadas de aire para intentar regular su respiración, que él dolor se fuera y su bebé por fin naciera.

—Escúchame, Yor —la mano contraria peino su cabello hacia atrás ella abrió los ojos mirándolo.

Pestañas mojadas por las lágrimas, ojos vidriosos y la mirada suplicante. Casi rogando porque él parara su dolor.

—Puedes hacer esto. Solo una vez más, sé que puedes aguantar un poco más. Vamos, aprieta mi mano, estoy aquí preciosa, ya está aquí nuestra bebé —animó besando una y otra vez su costado derecho del rostro.

Loid miró a Yor deseando poder aliviar su dolor de alguna manera. Sus manos entrelazadas, compartiendo ese momento de conexión y apoyo mientras el tiempo parecía ralentizarse en la habitación del hospital.

Yor asintió con dificultad, tratando de concentrarse en las palabras de Loid. Cerró los ojos con fuerza y tomó una bocanada de aire, preparándose para lo que vendría a continuación.

Las contracciones volvieron, Yor apretó con fuerza la mano de Loid mientras dejaba escapar un grito mezclado con esfuerzo. Loid la animó en voz baja, ofreciéndole su apoyo y susurrando que la amaba al oído.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el llanto del bebé llenó la habitación. Un llanto que era música para los oídos de ambos, una señal de que el dolor había llegado a su fin y la recompensa había llegado.

Limpiaron un poco a la bebé, la envolvieron en una manta y luego le pasaron a su bebé a Yor. Los ojos de ella lanzaron lágrimas al verla, ojos grandes abiertos de par en par, mostrar el color azul de ojos que heredó de su papá, mechones negros en su cabello, su llanto se detuvo cuando su mamá la acunó en sus brazos.

—Hola Anya, soy tu mamá —susurró.
La bebé movió sus brazos buscando agarrar a su mamá, en cambio Loid ofreció sus dedos moviéndose sobre su rostro suavemente, ella atrapó sus dedos y Loid sonrió.
—Él es tu papá... Tienes sus ojos —comentó Yor, con la voz cargada de emoción.

Anya rió cuando babeó los dedos de él, ambos rieron entre lágrimas. Su pequeña narcisista era una pequeña bolita en su carita cachetona y el contacto era directo con ella.

—Ella es perfecta... —sollozó Yor.
—Es igual de hermosa que su madre... —agregó Loid, volteando su mirada de su bebé a su esposa.

Quién sonrió ampliamente entre lágrimas, apoyó su cabeza en el pecho de Loid tomando aire profundo, cargando a Anya como si fuera todo lo que en ese momento ella necesitará.

—Alguien quiere comer —habló Loid.
—Tranquila princesa —Yor besó su pequeña cabecita.

Yor descubrió su pecho y acercó a la bebé a su cuerpo. Llevó la boca de la bebé a su pecho, la guío a succionar de su aureola y empezó a beber leche.
Loid y Yor compartieron una mirada llena de emoción mientras Anya se alimentaba. La habitación del hospital estaba llena de ternura y asombro mientras observaban a su pequeña. Loid acarició suavemente la cabeza de Anya mientras ella se aferraba a su pecho. Yor sonrió con cariño, agradecida por tener a su bebé sana y a salvo en sus brazos después de todo el dolor que había experimentado durante el parto.

Anya intercambió miradas curiosas entre sus padres, sus ojos azules chispeantes reflejando la luz de la habitación.

—Les daré un momento más con ella y luego la llevaré a una revisión.

La enfermera salió de la habitación. Entonces él aprovechó el momento para sentarse a su lado, Yor apoyó la cabeza en el pecho de su esposo, cerró los ojos y suspiró.

—Dejo de comer —murmuró.

Loid ayudó a Yor a taparse nuevamente, luego acomodó a Anya verticalmente, pudiendo ver ahora de pies a cabeza a su hija, levantó sus manos entre sus dedos, una manito la tomó él y otra la tomó ella. Ambos hicieron un conteo de sus dedos asegurándose que tuviera cincos dedos y posterior a ello hicieron lo mismo con sus pies.

—Está completa, Loid hice un bebé —se sorprendió completamente.
—Es perfecta, está bien y es nuestra, Anya Forger Briar...

Yor sonrió, su esposo le limpió las lágrimas con cuidado, ella levantó a su bebé un poco para que sus frentes se tocaran, Loid le sonrió a Anya y ella contestó con lo que parecía una risa de bebé. Tanto Yor como Loid se rieron con ella.

—Te amo, mi niña, te amo demasiado.
—Amo a mis chicas —Loid apoyó la frente en la sien de su esposa.
—Gracias, Loid... por darme este bebé, por volver conmigo... los amo —Yor subió la cabeza.

Los ojos de ambos se conectaron en una mirada suave. Loid se acercó a ella, dejó un casto beso en sus labios.

—Es tan perfecta como su madre.

Yor sonrió, luego bajaron la vista a su bebé quien estaba buscando algo con que jugar, moviendo los dedos y sus ojos totalmente curiosos viendo a sus padres.

...

Bueno, voy a concluir otra historia que quedó abierta que es Por favor, miénteme. La de Jaime y con eso terminó aquí. Ya publique la Twiyor Month espero la puedan leer :).

One Shots Twiyor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora