Cap. 18: "Por fin a mi lado"

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Kokushibo abrió los ojos lentamente. Sentía que había dormido durante mucho tiempo. Se levantó de la cama y, por una de las rendijas de su ventana, vio que sería media mañana. Sentía una extraña sensación. Como si algo le faltara. La cabaña estaba en silencio total. No se percibía el olor a comida que todos los días invadía su hogar ni ningún otro ruido. "Katzuki... ¿seguirá dormida?" pensó. Caminó hacia la habitación de la chica y tocó la puerta. No hubo respuesta. Tocó de nuevo, diciendo:

-Katzuki, ¿ya despertaste?- esperó. Ni siquiera un leve sonido. El silencio era ensordecedor. Abrió la puerta y vio la habitación vacía. La cama estaba desordenada y tenía la marca de cuatro arañazos. La katana no estaba ni su haori púrpura de estrellas. Sintió pánico. ¿Dónde estaba ella? ¿Acaso un demonio había entrado mientras él dormía? No, lo habría escuchado y hubiera actuado, pero... ¿por qué ella no estaba? Se acercó a la cama. No había sangre.

-Katzuki, mi amor... ¿dónde estás?- murmuró angustiado.

-¿Por qué no me di cuenta de nada? Un demonio entró- sintió una punzada en la cabeza, acompañada de un mareo. Tuvo que sentarse. Una imagen algo distorcionada llegó a su mente, de su chica abrazándolo. Él estaba de rodillas y ella le decía:

-Todo está bien... aquí estoy- ¿qué había pasado?

.

Katzuki se dio vuelta en la cama al sentir que el Sol le dio en el rostro. Se cubrió hasta la cabeza con las mantas. Sacó una mano y sintió como otra mano tomó la suya.

-Amor... lo siento, no cerré la ventana...- dijo arrastrando la voz- tengo sueño... seguiré durmiendo si no te importa...

-Claro, amor- escuchó que una voz le susurró del otro lado de la manta.

-Cierra la ventana...

-Sólo suelta mi mano para hacerlo- la chica desconoció la voz, soltó al desconocido y se levantó sobresaltada. Un grito resonó en la casa entera.

-¿Qué rayos haces aquí?- le gritó ella a Akaza amenazándolo con su katana.

-¿Yo aquí?- preguntó él mirándola.

-Espera... ¿en dónde estoy?- bajó su espada y miró en torno suyo- ¿dónde está Kokushibo?- volvió a apuntarle- ¡habla!

-Tranquila- le contestó él caminando hacia ella- estás en mi casa... muy lejos de tu amadísimo novio. Te dije que no volverías a verlo y me encargaré de eso.

-¿Qué?

-Tal y como escuchaste.

-No puedes decidir por mí.

-Claro que puedo. Katzuki, ¿no te das cuenta? ¿Cuántas veces debo decirte que casi te asesina y te devora anoche? Entiende que sólo busco protegerte.

-¿Protegerme? Lo que quieres es quedarte conmigo.

-Porque sólo yo puedo tenerte a salvo. Yo no como mujeres ni niños. Yo nunca perdería el control como Kokushibo ni como Douma, que sigo sin entender qué le has visto.

-¡Ah! ¿Ahora es por Douma?

-¿En qué es mejor que yo?

-Que él no me prohíbe nada.

-¡A él no le importas en lo más mínimo, Katzuki! Si, quiere que vayas a su templo y dice que no te haría daño, pero, en la primera oportunidad que tenga, también te devorará. Se alimenta de mujeres y mejor si son jóvenes. Así que olvídate de él y de Kokushibo. Ahora estarás conmigo.

-Estás loco, Akaza. Actúas como un adolescente celoso.

-Haré lo que sea para tenerte a salvo- y le tomó una mano- debes entenderlo. La noche que te conocí, me prometí salvarte de tu fatídico destino. Y hoy tengo la oportunidad de hacerlo- Katzuki retiró su mano y le contestó:

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora