Cap. 49 Juntos Por Siempre

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Una chica caminaba por la calle, sosteniendo un gran bolso en su hombro. Su andar era tranquilo. Disfrutaba del Sol y el aire fresco que corría. El atardecer se acercaba. Se sentó en un banco del parque y suspiró. Se sentía cansada. Dejó el bolso a un lado y se recargó. Miró al cielo. Un ladrido la hizo mirar abajo.

-¡Oh, cierto!- sacó un bolso más pequeño y, de ahí, una lata de comida para perros. La abrió y la dejó en el suelo.

-Aquí tienes pequeño- el can comenzó a comer, mientras movía la cola. Ella lo acarició en la cabeza y sonrió.

-Debería comer algo- se dijo- pero estoy muy cansada. Llegando a casa pediré algo a domicilio.

-¿Alimentando a los animales?- escuchó una cálida voz masculina. Se volvió y vio a una pareja frente a ella. Sonrió.

-¡Yoriichi! ¡Uta!- exclamó y se levantó para abrazar a ambos.

Ellos correspondieron a su abrazo

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Ellos correspondieron a su abrazo. Se separó de ellos y les preguntó:

-¿Cómo van los preparativos de la boda?

-Todo muy bien- le contestó la chica sonriendo.

-Aquí tengo tu vestido ya terminado- y le entregó el bolso grande- iba a verte para entregártelo- Uta recibió el bolso y le dijo:

-Muchas gracias, Katzuki.

-No es nada. Yoriichi, ¿tu traje te quedó bien?- le preguntó.

-Sí, no te preocupes- le contestó el joven y sonrió- No te debemos nada, ¿cierto? ¿Se liquidó todo?

-No, no... y, si así fuera, no habría problema... lo hago de corazón- respondió Katzuki.

-Me probaré el vestido llegando a casa- le comentó Uta- si hay algún detalle, te lo haré saber.

-Sí, Uta, por favor. Quiero que todo quede a la perfección para ustedes.

-Quiero que sepas que están invitados tú y tu prometido a la boda.

-Son invitados de honor- dijo Yoriichi.

-Se los agradezco mucho- hizo una reverencia- ahí estaremos... y lo mismo va para ustedes, estarán invitados cuando me case.

-Estaremos felices de estar ahí- los tres hicieron una reverencia. Katzuki tomó su bolso pequeño y se retiró. Se sentía feliz ahora. Después de tantos días de arduo trabajo, había terminado y podría descansar.

.

Llegó a su casa y entró. Colgó su bolso a un lado y se quitó los zapatos, dejándolos a un lado. Se dejó caer en un sillón y suspiró. "Tantas entregas de ropa me dejaron exahusta- pensó- pero estoy feliz". Cerró los ojos y se recargó en el respaldo. Sintió unos cálidos brazos rodearla por el cuello.

-Por fin llegas- le susurró una voz al oído. Ella abrió los ojos y giró la cabeza. Sus ojos se encontraron con otros de color púrpura.

-Hola, mi amor- lo saludó y le dio un corto beso en los labios.

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora