Cap. 30: Primera Misión

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Kokushibo caminaba de regreso, atravesando el bosque. Escuchó pasos algo cerca y se ocultó. Vio que era el pilar Kenji Tanaka, acompañado de otro cazador, con un haori púrpura. Su corazón dio un vuelco al escuchar que Kenji llamó a su acompañante "Katzuki" y luego, la risa de ella y su voz. "Katzuki... mi Katzuki - pensó - estás bien". Se ocultó detrás de un árbol a verlos hasta que se perdieron de vista. Era una cazadora, cosa que era de esperarse, pues, prácticamente, se la dejó en bandeja de plata a ese pilar. Se retiró, sintiéndose tranquilo y feliz. Hubiera dado lo que fuera por ir hacia ella, abrazarla, besarla y decirle cuánto la echaba de menos. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no hacer tal cosa. Al menos, sabía que estaba bien. No vio su rostro, pero el simple sonido de su voz, le era más que suficiente. Sonrió levemente y suspiró, caminando hacia su hogar. "Espero un día pueda verte y que perdones lo que hice", pensó. Estaba seguro de que no lo odiaba, pues llevaba su haori puesto. Supo que lo extrañaba tanto como él a ella.

.

Al entrar a una ciudad pequeña, Kenji se detuvo.

-Katzuki- dijo- ¿puedes detectar la presencia de un demonio?

-Sí- le contestó- y hay uno cerca.

-Yo también puedo sentirlo... vamos- los dos caminaron para adentrarse a la aldea.

-Kenji- habló ella.

-¿Si, linda? ¿Qué pasa?

-Hace un rato... cuando veníamos por el bosque... sentí a Kokushibo. No estaba muy lejos de nosotros- Kenji la miró sorprendido.

-Yo sentí la presencia de un demonio poderoso, pero no sabía que era él- Katzuki miró al suelo con ojos tristes.

-Hubiera querido verlo- dijo.

-Entiendo... pero ya te lo encontrarás en un futuro. No es muy difícil- ella lo miró y le sonrió.

-¿Por qué me apoyas en esto sabiendo que está mal?

-Porque sé que lo amas y no, no está mal... el amor nunca está mal - y le sonrió. Katzuki lo miró atónita. "No sé que haré, pero voy a devolverle todo lo que hace por mí", pensó. Casi parecía que tenía un ángel a su lado. Caminaron por las calles vacías en silencio. Kenji, de cuando en cuando, miraba a Katzuki de reojo. No sabía como le iría en esta misión. Ya no se veía triste como en días anteriores, estaba más animada, pero a veces si tenía momentos en los que se ponía triste y lloraba. Se había propuesto ayudarla a que esa tristeza se fuera por completo y hacerla feliz. De pronto, Katzuki se detuvo.

-Kenji... el demonio esta muy cerca...- habló. Él se sorprendió del sentido de percepción que tenía ella. Ni siquiera él lo sintió.

-Tienes razón...- ambos corrieron a una casa que tenía las puertas destrozadas. La escena era horrible: un demonio devoraba el cuerpo de una mujer, mientras un hombre se encontraba a una corta distancia, ya muerto. Katzuki se paralizó al verlo. Sabía que los demonios hacían eso, pero nunca le había tocado verlo, al menos, no desde que tenía siete años. "¿Eso habría hecho yo si me convertía?- pensó- ¿arrebatar vidas a inocentes?" Era incapaz de reaccionar.

-Cazadores- habló el demonio volviéndose- odio que me interrumpan mientras como- Kenji desenvainó su katana.

-¿Disfrutaste tu última comida?- le dijo.

-¿Acaso te estás burlando de mí?

-Un poco, si. Nosotros acabaremos contigo... ¿verdad, Katzuki?- la miró y se dió cuenta de que se encontraba petrificada. "No puede ser", pensó. El demonio se puso de pie. Era enorme.

-¿Esa es una mujer?- preguntó- huele delicioso- Kenji se sintió furioso.

-No te metas con ella- le contestó. Katzuki por fin reaccionó y desenvainó su espada, aunque seguía sintiéndose mal por la escena.

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora