Ya estaba cerca el atardecer. Katzuki había intentado soportar el sueño y no había salido de la habitación. "Debo resistir", pensó. Akaza tocó y entró:
-Katzuki, en unas horas más iré a cazar. No te dejaré mucho rato sola.
-Si, está bien- y salió. Ella saltó de la cama y abrió la puerta sin hacer ruido. Vió a Akaza en la estancia y fue hacia él. Se puso tras él, tomó su katana y lo golpeó en el cuello con la empuñadura. El demonio cayó al suelo inconsiente y ella murmuró:
-Lo siento mucho, Akaza... pero mi corazón pertenece a Kokushibo. Aparte, ya te devolví el favor. Sé que tú me noqueaste- se dirigió a la puerta de salida, abrió y salió. Estaba en medio del bosque. "Y ahora, ¿qué hago?", pensó preocupada. Sin dudarlo, comenzó a correr. "No durará mucho inconsiente y vendrá detrás de mí... pero no quiero estar con él, ¡no quiero! Con el abrazo y el beso siento que traicioné a Kokushibo, pero era la única manera de que no desconfiara de mí. Akaza... lo siento, pero yo no te podré amar nunca. Eres un buen tipo, pero no puedo corresponderte". Sentía cierto pesar por él, pero no debía retroceder.
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Akaza comenzó a volver en sí. Se puso de pie. No recordaba qué había pasado. Miró hacia un lado y vio la puerta de salida abierta. Corrió hacia la habitación y abrió la puerta. La chica no estaba. Había escapado sin duda alguna. Se paró en la puerta que daba hacia afuera y vio que estaba cayendo el Sol. Salió, dispuesto a encontrarla. "Un demonio podrá devorarla si la encuentra", pensó mientras comenzaba a correr. No estaba enfadado con ella. Tampoco la reprendería cuando la encontrara. No podía hacerlo.
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Kokushibo estaba en su cabaña, en la estancia. Aún no oscurecía por completo y no podía salir. Si al menos estuviera en un espacio menos abierto, ya habría salido. Sintió de nuevo ese dolor en la cabeza. Vino a su mente una imagen que lo aterró: él atacando a Katzuki, con toda la intención de matarla y ella defendiéndose con su katana. Vió a Douma y a Akaza a su lado, ayudándola a contenerlo. Volvió en sí y estrechó con fuerza el haori de Katzuki. Se sintió muy mal. "Cometí un error- pensó- y por mi culpa ella no está. Pero quiero verla al menos para saber si está bien".
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Katzuki se detuvo en un claro del bosque. Ya era de noche. "¿Hacia dónde debería ir?- pensó- Akaza lo pensó muy bien", y siguió corriendo. "Ya debería haber despertado... y debe venir detrás de mí. De no ser porque Kokushibo me enseñó como respirar, ya estaría agotada". No sabía hacia donde iba, pero si sabía que lograría estar a salvo. Miró hacia atrás sin detenerse para ver si divisaba a Akaza y sintió que se estrelló con alguien. Se volvió y vió que se trataba de Douma. Sonrió ampliamente.
-Hola, Katzuki-chan- la saludó sonriendo.
-¡Douma!- exclamó ella y no dudó en abrazarlo fuerte- ¡No sabes el gusto que me da verte!- él sólo le pasó un brazo por la espalda.
-A mí igual... y más porque estás cerca de mi templo. ¿No estabas con Akaza-dono?
-Te contaré todo, pero llévame contigo, por favor.
-¡Claro que sí, Katzuki-chan!- ella lo tomó del brazo y comenzaron a caminar. Haberse encontrado con Douma la hacía sentir aliviada.
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Akaza observó la escena. Se puso furioso al verlos juntos y más aún, como Katzuki había abrazado a la Segunda Luna. "No es posible... ese imbécil la hará llegar con Kokushibo si ella se lo pide". No podía hacer mucho. Si la hubiera alcanzado antes de que ella se encontrase con Douma, la habría llevado consigo y estaría dispuesto a disculparla, incluso si ella no se lo pedía. Tanto tiempo callándolo y, cuando por fin la tuvo a su lado y creyó que podía darle lo que él creía que ella merecía, lo había abandonado. No iba a perdonar a Kokushibo. Él era el culpable de todo. No entendía por qué se aferraba tanto a Katzuki y por qué ella no comprendía. Claro... faltaba convertirla en demonio y llevarían a cabo la boda con la que tanto soñaba ella. Recordó que, incluso, habían ido a hablar con Muzan y él estuvo de acuerdo, siempre y cuando eso no los hiciera débiles y le dijo a Douma que le daba permiso de casarlos. Pero la transformación estaba tardando mucho en llegar. Ella pronto cumpliría dieciocho años. ¿Sería posible que esperaban eso?
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Douma y Katzuki llegaron al templo. Llegando, el demonio le dijo a uno de los empleados que enviara a un compañero a la habitación en donde él recibía a sus adoradores. Luego, él y Katzuki entraron a dicha habitación y le dijo a la chica:
-Me cuesta creer como pudiste escapar, Katzuki-chan.
-No quería quedarme con él. Sabes que yo quiero estar con Kokushibo.
-Es lógico, pequeña- uno de los empleados asomó a la habitación y dijo:
-Fundador cortés... ¿me mandó llamar?
-Si, si. Pasa- el joven entró.
-Dígame, ¿qué necesita?
-Llévate a esta chica y asegúrate de que tome un baño, le den un kimono cómodo y que coma algo. Mientras, laven la ropa que trae. Haz eso, por favor.
-Como diga. Señorita, acompáñeme- ella miró a Douma.
-Gracias... de verdad- le dijo.
-Eres la prometida de uno de mis mejores amigos- le respondió la Segunda Luna con su típica sonrisa- debo asegurarme de que estés bien- Katzuki salió acompañada del joven. Caminaron por un pasillo.
-Es muy amable el amo- le comentó el muchacho- y parece tenerle aprecio, señorita.
-Sí, lo es- respondió Katzuki sonriendo- y yo lo aprecio mucho. Lo conozco desde hace un par de años. Es conocido de mi novio.
-Dijo que está comprometida.
-Sí, estoy comprometida... y Douma nos casará, dentro de poco.
-Eso es maravilloso, señorita- se detuvieron frente a una puerta y el joven le dijo:
-Aquí está el baño, señorita. Una de las chicas de aquí le traerá un kimono cómodo. Veo que tiene puesto un haori color púrpura. ¿Quiere su kimono de ese color?
-Pues...
-Sólo dígame.
-Amm... si, uno de ese color.
-Claro, señorita. Me retiro.
-Muchas gracias, joven. Es usted muy amable.
-Un placer- hizo una reverencia y se retiró.
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Kokushibo iba saliendo de su cabaña, cuando un joven interceptó su camino. Era un demonio, el cual le hizo una reverencia. Luego, le dijo algo y ambos comenzaron a caminar en la misma dirección.
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Katzuki entró de nuevo a la habitación principal del templo. Traía puesto un kimono color púrpura, con un diseño de lunas negras.
-¿Cómo te sientes, Katzuki-chan?- le preguntó Douma al verla. Estaba en su asiento, sobre una cama.
-Muy bien, Douma, gracias... aunque me siento cansada y con sueño.
-¿Comiste bien?
-Si, muchas gracias.
-Ven, pequeña- y extendió una mano hacia ella. Katzuki se acercó y Douma la cogió por un brazo.
-Debes dormir un poco. Te preparé una sorpresa, pero tardará en llegar.
-¿Una sorpresa?
-Sí. Pero duerme un poco primero.
-Claro.
-Acuéstate aquí- se puso de pié y bajó el asiento- siéntete libre, Katzuki-chan- ella le sonrió y subió a la cama.
-Muchas gracias, Douma. No sé como agradecértelo.
-No hay de qué, pequeña- y caminó hacia la puerta para luego salir. Katzuki se acomodó y no tardó en quedarse dormida.
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Mi Luna (Kokushibo x tú)
FanficUna pequeña niña pierde a su familia a manos de un demonio... cuando iba a ser asesinada por el mismo, la Primera Superior llega a su rescate y decide llevársela consigo. La pequeña acepta, sin saber el oscuro trasfondo en la intención de la Primera...