Cap.47: Venganza (Parte 2)

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Osura retiró el puño y Katzuki no dudó en atacar con su katana. Por el momento, no haría respiraciones, sólo serían ataques básicos. Ambos peleaban con fiereza y ninguno estaba dispuesto a perder. El demonio se sentía abrumado por lo veloz que era la chica, a pesar de estar cansada. Vió la oportunidad y la golpeó en el vientre, sintiendo como algo crujió dentro de ella. Katzuki se quejó en voz baja y escupió saliva del dolor, mientras retrocedió algunos pasos, evitando caer. "Me rompió las costillas- pensó- debo tener más cuidado o me matará".

-¡Vaya! No eres tan fuerte como pensaba- se burló Osura. Ella no pudo reaccionar y la golpeó en el rostro, haciendo que cayera. Se puso de pie, mientras un hilo de sangre escapaba por sus labios. Blandió su katana.

-Respiración del tiempo, segunda postura: intérvalo temporal- hizo dos cortes verticales y logró cortar los cuatro brazos de Osura. "Podré cortar su cabeza ahora", pensó.

-Primera postura mejorada: ciclo infinito- antes de que el corte alcanzara el cuello del demonio, este regeneró sus brazos y detuvo la espada. "Pero... ¿qué?- pensó la chica- no puedo". Su oponente sonrió de manera maliciosa. Un grito de dolor resonó en los alrededores, mientras varios trozos de su haori volaron por los aires, acompañados de sangre.

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Kokushibo escuchó el grito a lo lejos y supo de quien se trataba.

-¡Katzuki!- exclamó- pero... ¿en dónde estás?- comenzó a correr casi sin rumbo, esperando llegar a tiempo. No sabía hacia donde ir, pero debía confiar en sus instintos. No percibía su olor. "Debe estar muy lejos", pensó angustiado. "Mataré al responsable de hacerle daño... lo juro". Estaba furioso. No podía permitir que le hicieran daño. "Una vez que ella viva conmigo, volverá a estar igual de cuidada y bella como antes... no volverá a empuñar una katana ni perseguirá demonios. Su vida será tan tranquila que hasta el propio Muzan sentirá envidia", pensó. Porque si, Katzuki seguía siendo muy bella, pero ya no estaba tan cuidada como cuando vivía con él. Sabía que Kenji había hecho lo mejor que pudo por ella, pero no como el propio Kokushibo lo había hecho. Desde que era niña, él se había encargado de alimentarla y vestirla de la mejor manera. Tal vez había sido muy serio y le hablaba poco, pero siempre había estado para ella y no le faltaba nada. No se lo decía, pero le demostraba que le importaba y que la quería con todo lo que hacía por ella. Incluso, tuvo la paciencia para enseñarle a leer y escribir. La vio crecer, vio sus cambios en su adolescencia y la vio llegar a sus dieciocho años. Y ahora, no podía permitir que un demonio la lastimara. "El mínimo rasguño llego a ver en ella... y ese malnacido lo sufrirá cien veces más".

-¡Un demonio!- escuchó y, a unos metros más adelante, vio a dos cazadores, que se prepararon para pelear con él. "No tengo tiempo para esto", pensó y, sin dejar de correr, desenfundó su katana.

-¡Fuera de mi camino!- gritó y los partió por la mitad. Sacudió su espada de la sangre y la enfundó de nuevo. Ni siquiera sentía hambre. Le urgía encontrar a su amada. "Ella y mi hijo me necesitan", pensó.

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Katzuki se puso de pié con dificultad. Tenía tres rasguños profundos en una mejilla, de los cuales, brotaba sangre, y en un brazo, tenía un gran arañazo, en el cual, le faltaban pedazos de su haori... su amado haori, aquel que había hecho cinco años atrás, para apoyar a Kokushibo en su pelea contra Akaza. Vio los pedazos en el suelo y contuvo las ganas de llorar.

-¿Ya vas a llorar?- se burló Osura- ¿es en serio? ¿Sabes que veo en ti? No veo a una cazadora de rango kinoe... veo a aquella niña de siete años que huía de mí. Es una lástima que un rostro tan bello se vea arruinado por mis garras- la chica trató de mantener la compostura. No debía flaquear, no ahora.

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora