Cap. 27: Un Nuevo Inicio

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Katzuki se revolvía entre las mantas inquieta.

-No... Kokushibo, no me dejes... no lo hagas... por favor... no me abandones...- murmuraba, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y un sudor frío cubría su frente- mi amor... por favor...- una cálida mano se posó sobre la suya.

-Tranquila... todo está bien- escuchó y abrió los ojos de golpe.

-¡Mi katana! ¿Dónde está?- exclamó separándose del joven, que la miró desconcertado.

-¿Qué?- le preguntó.

-¿Quién eres?- le gritó Katzuki poniéndose de pié- ¿dónde estoy? ¿Qué pasó con mi prometido Kokushibo? ¿Y mi katana?- el joven se puso de pié también y le respondió sonriendo:

-Kenji Tanaka, en mi casa, te abandonó y no tengo idea- ella lo miró. Su sonrisa le recordaba mucho a Douma. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente.

-Lo siento...- dijo- esperaba haberlo soñado todo- Kenji se acercó a ella sin borrar su sonrisa.

-¿Cómo te sientes?- le preguntó.

-No lo sé... decepcionada... supongo- contestó ella con tono triste y bajando la mirada. Kenji no sabía qué decirle. ¿Cómo aliviar el dolor de un corazón así de roto?

-¿Quieres hablar de eso? ¿Puedo ayudarte en algo?- le dijo. Katzuki lo miró con los ojos llenos de lágrimas.

-Yo...- le contestó- no lo sé... ¿sabes en dónde vive... Kokushibo?

-Linda- le contestó de manera amable- fui a buscarlo a su cabaña para hablar con él y decirle que te había encontrado y que te recibiera, pero no lo encontré. No había ningún rastro de él. Sin duda... se fue para que no pudieras localizarlo- Katzuki rompió a llorar.

-¿Por qué? ¿Por qué ya no me quiere?- se preguntó- ¿qué hice mal?

-Ven- le dijo Kenji y extendió sus manos a ella. Katzuki no lo dudó y se lanzó a sus brazos, llorando desconsoladamente.

-Esto va a pasar- y le acarició la espalda con una mano y la cabeza con la otra- todo va a estar bien, ya lo verás... yo estaré contigo en este proceso si gustas y te ayudaré y apoyaré- la calidez que emanaba el cuerpo del joven hizo que Katzuki poco a poco se tranquilizara. Los demonios no eran así de cálidos. Estaba tan acostumbrada a eso que el calor que desprendía Kenji la hacía sentir arder, pero era agradable. Apoyó su cabeza en el pecho del joven, que estrechó más su abrazo.

-Eso es- le susurró- tranquila... confía en mí... todo va a mejorar, Katzuki.

-Gracias- le respondió aún entre leves sollozos. Kenji se enterneció, pues parecía una niña pequeña.

-Lo que no entiendo... él te dejó muy cerca de aquí- habló- como si quisiera que yo te encontrara...- Katzuki recordó las últimas palabras que Kokushibo le había dicho antes de irse: "camina hacia adelante". Y, justo a unos escasos metros, se encontraba la casa de Kenji. Sin duda, el demonio no la había abandonado así nada más. Se acercó lo más que pudo a los árboles de glicinia, con la intención de que el cazador la encontrara. La verdadera interpretación a esa frase no era del todo que continuara con su vida, sino que buscara a Kenji. ¿Desde cuando sabía donde vivía ese cazador? Si quería abandonarla, ¿por qué dejarla con el bando enemigo y no con otro demonio o Muzan?

-Él me dijo- habló- antes de irse... que caminara hacia adelante...

-Entonces si quería que yo te encontrara- le respondió el joven- cuidaré de ti... al menos hasta que tu corazón haya sanado por completo- Katzuki se separó de él y se limpió las lágrimas.

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora