Cap. 40: Vidas Pasadas

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Kenji se sentía débil. Sostenía su katana, pero ya no tenía fuerza y sus manos temblaban. Un hilo de sangre corría por la comisura de sus labios y uno más, desde su frente hasta su mandíbula. Le dolía el cuerpo, pero no estaba dispuesto a darse por vencido.

-Ríndete de una vez, Kenji- le dijo Akaza, mientras una gran herida que tenía desde el hombro izquierdo hasta el lado derecho de su cadera se regeneraba- no tienes opción. Igual y vas a morir.

-Te mataré aunque me cueste la vida, maldito- le dijo Kenji, blandiendo su katana. Akaza lo miró molesto y preparó su ataque.

Doce horas atrás...

Katzuki se encontraba en la cocina, preparando el desayuno. Hacía varios días que Nomi se había marchado. No habían tenido misiones ni ella ni Kenji, por lo que ella se dedicó a terminar los trabajos pendientes. Kenji la animaba a entrenar, cosa que no dejaban de hacer día tras día, durante horas. Ambos habían mejorado inigualablemente y Katzuki había desarrollado, en cada postura de su respiración, un nuevo movimiento. Tal vez no le serviría mucho en un tiempo, pero igual y deseaba mejorar. Quería impresionar a Kokushibo la próxima vez que lo enfrentara. En cuanto a su relación con él... de vez en cuando, se encontraban por la noche. No iban a dejar de verse y menos ahora, que su relación estaba más sólida y estable. Kenji le cubría sus encuentros con la Primera Luna Creciente y la acompañaba a verse con él para luego dejarlos solos y, a veces, cruzaban unas cuantas palabras, pero nada más. A pesar de ser tan diferentes, ambos se llevaban relativamente bien. Katzuki suspiró. La noche anterior, se había visto con Kokushibo y estuvo con él casi toda la noche. A pesar de eso, no se sentía cansada. Comenzó a servir, pensando en lo que pasaría en la cofradía cuando ella se fuera. Era un gran apoyo en varias misiones. Confiaba que Nomi y Kenji pudieran hacer lo mismo que ella.

-Buenos días- saludó Kenji entrando.

-Buen día, bello durmiente- le saludó Katzuki- ¿cómo dormiste?

-Bien, aunque siempre que saludo a tu novio lo sueño...

-No te preocupes, no pasa de eso. Él dio su palabra de no matarte, ni a ti ni a Nomi. Confía en mí.

-Le creo... pero eso no quita que lo sueñe. ¿No te da miedo, Katzuki?

-No, para nada.

-No digo que sea feo... pero si es algo aterrador que tenga seis ojos. ¿Cómo sabes cual mirar?- Katzuki rió.

-Cuando era niña a Kokushibo le hacía gracia eso, porque no sabía cuales ojos mirar. Hasta que me dijo que a los del centro- Kenji rió.

-Siéntate- le dijo Katzuki- aquí está tu desayuno.

-¿Es seguro comer esto?- le preguntó Kenji. Katzuki frunció el ceño y el sonido de un fuerte golpe resonó por toda la casa, seguido de un quejido.

-¿Por qué me golpeaste?- le preguntó Kenji a Katzuki sobándose la cabeza. Ella seguía con el ceño fruncido y cruzó los brazos.

-No seas llorón- le contestó- no te quejas cuando los demonios te golpean y ahora lloras por un simple coscorrón. ¿Qué te hace pensar que no deberías comer lo que yo cocino?

-¿No me digas que Kokushibo si se come lo que tú haces?- Katzuki lo miró.

-¡Él no come comida humana! Te despertaste con ganas de molestar, ¿verdad?- Kenji rió y le contestó:

-Kokushibo sabrá de esto.

-Dícelo, me apoyará.

-Cierto, él te apoya aunque no tengas la razón.

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora